Los precios de productos y servicios siguen en alza, pero por debajo de los niveles del 2022 de 9,80%. Los analistas macroeconómicos encuestados por el Banco Central, bajaron en julio en casi 1% su proyección de inflación para este año.
Los resultados de la encuesta del BCH, donde se mantiene la poca confianza en la economía, indican que en el caso de la inflación, los analistas mantienen sus expectativas a la baja.
De acuerdo con el promedio de las respuestas de los analistas consultados, la inflación interanual podría ser de “5,82% a diciembre de 2023 (expectativa de 6,74% en la encuesta del mes anterior)”.
En promedio las expectativas inflacionarias se han reducido alrededor de 2.30 puntos porcentuales desde la encuesta de diciembre de 2022, y proyectando una desaceleración para 2024 y 2025.
Las perspectivas de menores precios del petróleo y algunas materias primas estarían incidiendo en una desaceleración de la inflación para un lapso de 12 meses (julio de 2024), estimando que se situaría en 5.61%; y para el cierre de ese año continuaría una tendencia decreciente, esperando que alcance 5.40% (6.10% en la encuesta del mes previo); y en 24 meses (julio de 2025) se ubicaría en 5.16%.
Según la opinión de los informantes, entre los factores que podrían tener mayor incidencia en la inflación de 2023,
están: el alza de precios en algunos alimentos, en las tarifas de la energía eléctrica y en ciertos bienes importados.
De acuerdo con la opinión de los encuestados, la probabilidad de ocurrencia que para el cierre de 2023 la inflación total se ubique entre 5.01% y 10.00% es de 86.7% de la misma manera, para los horizontes de 12 meses, a diciembre de 2024 y 24 meses, estiman que la inflación se sitúe en el mismo rango, con probabilidades de ocurrencia de 69,3%, 62,8% y 54,3%, respectivamente.
Por su parte, la inflación subyacente, según los analistas consultados, podría situarse en 5,81% en diciembre de 2023.
Sin embargo, estas proyecciones podrían cambiar este mes ya que los precios de las gasolinas registran aumentos de hasta cinco lempiras en dos semanas con un impacto en el valor de alimentos, transporte y otros servicios.
