La historia se repite. El Tesoro de Estados Unidos ha alcanzado el límite de deuda autorizada y los partidos negocian contra reloj una solución. La incertidumbre y el fantasma de un posible impago genera inestabilidad en el mercado y lastra la economía. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido este viernes en Washington una solución inmediata al problema acuciante, pero también un remedio permanente para que la crisis de la deuda no se repita de forma recurrente.
Tras reunirse con la secretaria del tesoro, Janet Yellen, y con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha insistido en la necesidad de encontrar una solución en la rueda de prensa en la que ha presentado las conclusiones sobre su análisis anual de la economía estadounidense.
“Llegar a un buen resultado es primordial desde una perspectiva global. Pensamos en la deuda del Tesoro estadounidense como un ancla para el sistema financiero mundial. Y esta ancla necesita mantenerse sólida. Así que en un momento de incertidumbre significativa, no añadamos una herida autoinfligida a las que ya sufre la economía mundial. Hay algunas noticias alentadoras de que las discusiones están avanzando. Pero el mundo está observando y el mundo está diciendo: ‘Vale, vamos a cerrar esto. Y, por favor, ¿pueden plantear una forma diferente de abordar esta cuestión?”, ha señalado Georgieva.
Según el Fondo, las tensiones sobre el techo de la deuda federal podrían crear un riesgo sistémico adicional, totalmente evitable, tanto para la economía estadounidense como para la mundial, en un momento en el que ya existen tensiones visibles. Para evitar exacerbar los riesgos a la baja, el Congreso debería elevar o suspender inmediatamente el techo de la deuda, permitiendo que las negociaciones sobre el presupuesto para el año fiscal 2024 comiencen en serio, dice el organismo.
“Además, debería encontrarse una solución más permanente a este enfrentamiento recurrente mediante cambios institucionales que garanticen que, una vez aprobados los créditos, se proporcione automáticamente el espacio correspondiente en el techo de la deuda para financiar ese gasto”, indica el FMI en su comunicado de conclusiones.
Inflación persistente
El FMI ha elevado una décima la previsión de crecimiento de Estados Unidos para este año, hasta el 1,7% y rebajado una décima la del próximo, al 1%, frente a las previsiones de abril. Sus expertos destacan que la economía ha demostrado su resistencia frente al significativo endurecimiento de la política fiscal y monetaria que tuvo lugar en 2022 y ha evitado la recesión hasta el momento.
La demanda de los consumidores ha resistido especialmente bien, impulsada inicialmente por la retracción del ahorro embalsado y, más recientemente, por el sólido crecimiento de la renta real disponible gracias a la creación de empleo y las subidas de sueldos.
La cruz de la moneda es que la inflación se resiste a ceder y se mantendrá “sustancialmente por encima” del objetivo del 2% este año y el próximo, estima el FMI. “Para que la inflación vuelva a situarse firmemente en el objetivo será necesario un período prolongado de política monetaria restrictiva, en el que el tipo de los fondos federales se mantendría en el 5,25%-5,5% hasta finales de 2024″, asegura. Son tipos de interés más altos durante más tiempo de lo que el mercado espera hoy por hoy.
El Fondo advierte de que es posible que la amplia y rápida subida de los tipos de interés que ya se ha puesto en marcha no sea suficiente para devolver rápidamente la inflación al objetivo. “Con una gran parte de la deuda de los hogares y las empresas contraída a plazos relativamente largos y a tipos fijos, el consumo de los hogares y la inversión de las empresas han demostrado ser menos sensibles a los intereses que en anteriores ciclos de endurecimiento”, explica el FMI.
Riesgo de recesión
Esto crea un riesgo relevante de que la Reserva Federal tenga que subir el tipo de interés oficial mucho más de lo que se espera actualmente para devolver la inflación al 2%. El FMI cree que es posible alguna sorpresa de crecimiento mayor de lo esperado a corto plazo, pero con contraindicaciones: “Esto solo significaría que la economía se ralentizaría más bruscamente en una fase posterior (posiblemente en 2024), creando una recesión a medida que se afiance una política monetaria más restrictiva. La combinación de unos tipos de interés más altos en Estados Unidos, un dólar más fuerte y una desaceleración más brusca de la actividad estadounidense tendría importantes repercusiones negativas en el resto del mundo”, asegura.
Además, una subida más agresiva de los tipos de interés podría revelar problemas más graves y sistémicos que los observados hasta la fecha en los balances de bancos, entidades no bancarias o empresas, según el organismo, que cree que el consiguiente “endurecimiento de las condiciones financieras podría desencadenar un aumento de las quiebras, empeorar la calidad del crédito y aumentar la tensión en aquellas entidades con elevados niveles de apalancamiento y grandes necesidades brutas de financiación a corto plazo”.
Ajuste fiscal
El FMI advierte de que Estados Unidos necesita un ajuste fiscal para que su deuda sea sostenible, de nada menos que de 5 puntos del PIB. El FMI cree que será imposible un ajuste así si se quiere dejar al margen de subidas de impuestos a las familias que ganan menos de 400.000 dólares al año y no se introducen cambios en la seguridad social y Medicare.
Hay recetas para reducir el déficit por la vía de la recaudación y el Fondo deja un amplio menú de propuestas. “Los ingresos podrían incrementarse mediante un impuesto federal sobre el consumo de amplia base, un impuesto sobre el carbono, una mayor tributación de las empresas y las personas con rentas elevadas, la reducción de los gastos fiscales mal orientados (como los relativos a la asistencia sanitaria proporcionada por el empleador, la venta de la residencia principal, los intereses hipotecarios y los impuestos estatales y locales), el cierre de las lagunas fiscales, la reducción del umbral mínimo para el impuesto sobre el patrimonio y una mayor mejora de la administración de los ingresos”, indica en sus conclusiones.
Y también hay propuestas sobre Seguridad Social y atención sanitaria: las prestaciones de la Seguridad Social podrían indexarse a medidas de inflación algo más moderadas que el IPC general como el IPC encadenado, podría elevarse el límite máximo de ingresos para las cotizaciones a la Seguridad Social, y los aumentos de la edad de jubilación podrían acelerarse. Los costes sanitarios podrían reducirse mediante un mayor reparto de los costes con los beneficiarios y cambios en los mecanismos de remuneración de los proveedores de asistencia sanitaria.
Por último, el FMI anima a Estados Unidos hacer más esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y critica la política económica proteccionista que está llevando a cabo con sus ayudas: “La Ley de Reducción de la Inflación, la Ley CHIPS y la Ley Build America, Buy America tienen disposiciones explícitamente diseñadas para favorecer los bienes y servicios producidos en Estados Unidos o en Norteamérica. Aunque estas medidas pretenden aumentar la seguridad y la resistencia de las cadenas de suministro, estas disposiciones proteccionistas distorsionan el comercio y la inversión y corren el riesgo de crear una pendiente resbaladiza que fragmente las cadenas de suministro mundiales y desencadene medidas de represalia por parte de los socios comerciales”, dice el Fondo.