La inversión extranjera en el mundo disminuyó un 24% el pasado año, hasta la cifra de $1.286 billones, una reducción en la que influyeron las masivas retiradas de capital en un operador de telecomunicaciones con sede en Luxemburgo y también el bajón de los flujos en dirección de China.
En un informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se hizo notar que si se excluyera el caso particular de Luxemburgo, que tuvo un saldo negativo de inversiones de $322.000 millones frente a otro positivo de 2.000 millones en 2021, la caída global se hubiera limitado al 5%.
Los autores del estudio señalaron que las operaciones de absorciones y fusiones de empresas siguieron el pasado año la tendencia a la baja, “posiblemente” por el endurecimiento de las condiciones financieras (la subida de los tipos de interés), las tensiones geopolíticas (con la guerra de Ucrania) y los temores a una recesión.
Estados Unidos y China se mantuvieron, como es habitual, en las dos primeras posiciones como receptores de inversiones internacionales, destacados del resto, pero en los dos casos con fuertes descensos que la OCDE vinculó en parte a una ralentización de nuevos proyectos de inversión.
Estados Unidos captó $318.000 millones, un 21% menos, mientras que China recibió 180.000 millones, un 48% menos.
A la tercera posición subió Brasil con $85.000 millones y le siguieron Australia con $65.000 millones, Canadá con $53.000, India con $50.000, Suecia con $48.000 y Francia con $42.000.
Los flujos de inversión globales crecieron en la primera mitad del pasado año un 24% antes de disminuir un 58% en el segundo semestre. Si se analiza la evolución en esta última parte de 2022, el hundimiento fue del 95% en el cuarto trimestre.
Por lo que respecta a los países de origen de las inversiones internacionales, seis superaron el listón de los $100.000 millones: Estados Unidos (403.000), Japón (162.000), China (150.000), Alemania (143.000), Reino Unido (130.000) y Australia (120.000).