La calificadora de riesgo Fitch Ratings bajó la calificación de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda extranjera a largo plazo de El Salvador de B – a CCC, elevando el riesgo de impago de deuda del vecino país.
“La rebaja refleja mayores riesgos financieros derivados de una mayor dependencia de la deuda a corto plazo, un pago de eurobonos de $800 millones con vencimiento en enero de 2023, un déficit fiscal aún alto, alcance limitado para financiamiento adicional en el mercado local y acceso incierto a financiamiento multilateral adicional y mercado externo. financiamiento debido a los altos costos de endeudamiento”.
Además, se espera que la relación deuda/PIB aumente hasta el 86,9% en 2022 tras una modesta mejora en 2021, lo que aumenta las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda a medio plazo.
En su análisis, la agencia, además, atribuye esta desconfianza a la concentración de poder que ha acumulado el presidente Nayib Bukele desde 2021, cuando su partido Nuevas Ideas obtuvo mayoría calificada en la Asamblea Legislativa y con ello, se lograron los votos para destituir a fiscal general, magistrados de la Sala de lo Constitucional y posteriormente a jueces. La adopción del Bitcoin como moneda de curso legal desde septiembre de 2021 también agrega más incertidumbre a su confianza crediticia.
“En opinión de Fitch, el debilitamiento de las instituciones y la concentración de poder en la presidencia han aumentado la imprevisibilidad de las políticas, y la adopción de bitcoin como moneda de curso legal ha agregado incertidumbre sobre el potencial de un programa del FMI que desbloquearía el financiamiento para 2022-2023″, señala el comunicado de la agencia.
Fitch agrega que “a pesar de que las autoridades se comprometieron a pagar el servicio de la deuda, El Salvador enfrenta riesgos crecientes debido a necesidades de financiamiento altas y crecientes en 2022-2023. Fitch estima necesidades de financiamiento totales de $4,850 millones en 2022 (16 % del PIB), aumentando a $5,400 millones en 2023 (18 % del PIB).
“Fitch espera que el déficit fiscal de El Salvador en 2022 se reduzca marginalmente a 5.5% del PIB desde 5.7% del PIB en 2021. La deuda a corto plazo ha aumentado considerablemente en los últimos dos años con Cetes y Letes aumentando la deuda a corto plazo a $2,600 millones en enero de 2022 de $896 millones en 2019, lo que se suma a las necesidades de financiamiento de 2022”, señala.
Esta es la segunda agencia crediticia que rebaja la calificación al grado especulativo. En julio del año pasado, Moody’s también rebajó la nota del país debido a los diversos riesgos asociados al elevado endeudamiento del país.
Esta agencia degradó los bonos de El Salvador a bonos basura. Un día después, el precio de los bonos salvadoreños comenzó a caer en el mercado bursátil, como una señal de que los inversionistas comenzaron a vender esos papeles de deuda antes que perder más dinero.