La calificadora de riesgo Fitch Ratings revisó la Perspectiva a Estable desde Negativa de la clasificación de largo plazo de Compañía Financiera, (Cofisa). También afirmó las clasificaciones de largo y corto plazo de Cofisa en ‘BB+(hnd)’ y ‘B(hnd)’, respectivamente.
La revisión de la Perspectiva a Estable refleja la opinión de la agencia sobre la “resiliencia relativa del desempeño y modelo de negocio de Cofisa, en un entorno operativo desmejorado por el impacto económico de la pandemia del coronavirus”.
La agencia considera que los deterioros observados en el perfil financiero al cierre de 2020 y las presiones adicionales que pudieran surgir del entorno operativo todavía complejo en el horizonte de clasificaciones son consistentes con su nivel actual de clasificación.
Las entidades financieras hondureñas han sido revisadas a la baja por Fitch este año.
Mercado minorista
Las clasificaciones “reflejan el perfil crediticio intrínseco de Cofisa relativo a otros emisores hondureños. Están altamente influenciadas por su franquicia moderada, así como su modelo de negocio y perfil de fondeo relativamente menos diversificado respecto a los pares clasificados”.
Cofisa mantiene su participación limitada en la plaza financiera local, aunque su posicionamiento en el sector de sociedades financieras es relevante. Su modelo de negocio está orientado a segmentos minoristas de ingresos bajos y riesgo relativo mayor y se concentra en préstamos de consumo con garantía prendaria y préstamos de vivienda de interés social, los cuales representaron 50% y 30% de su cartera a marzo de 2021.
La estructura de fondeo de Cofisa mantiene las mejoras graduales mostradas desde 2019 y no se anticipa, presiones significativas en el perfil de fondeo de Cofisa en el futuro previsible, dados sus niveles de liquidez e iniciativas de captación.
No obstante, permanecerá limitado por su diversificación moderada, en términos de acceso a fondeo contingente y concentración de depósitos. A marzo de 2021, el indicador de préstamos a depósitos de 225.5% continuaba con su tendencia paulatina de mejora (promedio 2017 a 2020: 250.3%), mientras sus activos líquidos representaron 46% de sus depósitos. De manera complementaria, el indicador clave para instituciones financieras no bancarias de deuda no garantizada sobre deuda total se mantiene en 100% al cierre de marzo de 2021.
La calidad de activos es una debilidad para la clasificación, con niveles de morosidad altos pero acordes a su modelo de negocio con riesgo relativo mayor.
Su indicador de mora mayor a 90 días a junio de 2021 incrementó a 6.1% (diciembre de 2020: 4.7%; diciembre de 2019: 3.6%) principalmente explicado por un desarrollador habitacional impactado por los desastres naturales, aunque es inferior al muy elevado 12.95% exhibido temporalmente en junio de 2020 durante las restricciones de movilidad.
Por su parte, la cartera de consumo con garantía vehicular muestra un buen comportamiento sin incrementos relevantes en los activos adjudicados o préstamos con medidas de alivio relevantes. La cobertura de reservas sobre préstamos morosos se mantiene por encima del promedio de los últimos cuatro años (marzo de 2021: 174%; promedio 2017 a 2020: 156%).
La rentabilidad de Cofisa sigue en niveles altos, a pesar de disminuir a raíz de la pandemia. La utilidad operativa de la entidad respecto a los activos ponderados por riesgo (APR) fue de un muy alto 10.6% a marzo de 2021, por debajo de 14.2% a marzo de 2020, al inicio de la crisis sanitaria.
En opinión de la agencia, la rentabilidad de Cofisa permanecerá en niveles superiores al promedio del sistema bancario en el corto a mediano plazo, favorecida por su negocio orientado a créditos de consumo y vivienda a segmentos poco bancarizados, aunque continuará con presiones leves por costos de crédito mayores pero sanos para la clasificación actual.