Los líderes del G7 se comprometerán ayer domingo a aumentar sus contribuciones financieras, para cumplir con una ya atrasada promesa de gasto de 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países más pobres a reducir las emisiones de carbono y hacer frente al calentamiento global.
Como parte de los planes que se estiman ayudan a acelerar la financiación de proyectos de infraestructura en los países en desarrollo y un cambio a la tecnología renovable y sostenible, las siete economías más avanzadas del mundo volverán a comprometerse a cumplir la meta.
Algunos grupos ecologistas no se mostraron impresionados. Greenpeace Reino Unido dijo que el anfitrión del G7, el primer ministro británico Boris Johnson, había “simplemente recalentado viejas promesas” y que no daría “nada por sentado” hasta que las naciones presentaran el dinero.
“Proteger nuestro planeta es lo más importante que podemos hacer como líderes por nuestra gente”, dijo Johnson en un comunicado.
“Como naciones democráticas tenemos la responsabilidad de ayudar a los países en desarrollo a cosechar los beneficios del crecimiento limpio a través de un sistema justo y transparente. El G7 tiene una oportunidad sin precedentes para impulsar la Revolución Industrial Verde global, con el potencial de transformar la forma en que vivimos”, agregó.
No entregó detalles ni cifras de los nuevos compromisos.
Los países desarrollados acordaron en Naciones Unidas en 2009 contribuir con 100.000 mil millones cada año para 2020 en financiamiento para los países más pobres, muchos de los cuales están lidiando con el aumento de los mares, las tormentas y las sequías empeoradas por el cambio climático.
Ese objetivo no se cumplió, afectado en parte por la pandemia de coronavirus que obligó al gobierno británico a posponer la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) hasta este año.
Los líderes del G7 también establecerían acciones para reducir las emisiones de carbono, incluyendo medidas como poner fin a casi todo el apoyo gubernamental directo al sector de energía de combustibles fósiles en el extranjero y eliminar gradualmente los automóviles de gasolina y diésel.
“El mundo natural de hoy está muy disminuido. Eso es innegable. Nuestro clima se está calentando rápidamente. Eso está fuera de duda. Nuestras sociedades y naciones son desiguales y, lamentablemente, eso es evidente”, dijo el naturalista británico David Attenborough, defensor del pueblo para la COP26, quien se dirigirá a los líderes del G7 a través de un mensaje de video el domingo.
Attenborough agregó que la pregunta para 2021 era si el mundo estaba a punto de desestabilizar al planeta. “Si es así, entonces las decisiones que tomamos en esta década, en particular, las decisiones tomadas por las naciones económicamente más avanzadas, son las más importantes en la historia de la humanidad”.