Recuperación económica será lenta, desigual y con grandes efectos sociales a largo plazo
La persistencia de la pandemia de covid-19 en muchos países de América Latina y el Caribe nubla el panorama económico de la región, por lo que ciudadanos y economías necesitan de algún tipo de alivio para salir de la crisis, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo estima que será hasta 2024 cuando el ingreso per cápita regrese a los niveles previos a la pandemia.
La contracción de la región del 7 por ciento en 2020 fue la más pronunciada del mundo, superando con creces la desaceleración mundial del 3,3 por ciento. El crecimiento para 2021 se proyecta en 4,6 por ciento, por debajo del 5,8 por ciento estimado para los mercados emergentes excluyendo China. “El ingreso per cápita no alcanzará su nivel prepandémico hasta 2024, lo que resultará en una pérdida acumulada del 30 por ciento en relación con la tendencia prepandémica”.
Las personas y las economías siguen necesitando una oportunidad a corto plazo para salir de la crisis de COVID-19, mientras que el agravamiento de varias fragilidades estructurales subyacentes plantea importantes desafíos a largo plazo, .señala el ente en un blog firmado por tres economistas, “Inyección a corto plazo y curación a largo plazo para América Latina y el Caribe”, entre ellos Alejandro Werner, director del Departamento para el Hemisferio Occidental.
El FMI reconoció que una continua subida en las tasas de interés de largo plazo en Estados Unidos, a través de los rendimientos de los bonos del Tesoro, representa un riesgo para la región, aunque –hasta ahora– ha tenido un impacto reducido sobre los precios de los activos y los flujos de capital.
Pero los efectos de la pandemia son serios: alrededor de 19 millones de personas cayeron en la pobreza, se amplió la desigualdad –medida por el coeficiente de Gini– en un 5%, y habrá efectos duraderos en el capital humano por del cierre de colegios que, asegura el FMI, fueron más prolongados que en otros países del mundo.
Además, los mercados laborales se mantienen frágiles, ya que solo dos tercios de quienes perdieron el empleo al inicio de la pandemia en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú habían sido recontratados hacia fines de 2020, y es el sector informal –que perdió el mayor número de empleos– el que lidera la recuperación.
Agregan que “el reciente resurgimiento del virus en Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, combinado con lentos lanzamientos de vacunas (excepto en Chile) arroja una sombra sobre las perspectivas a corto plazo, aunque es probable que los nuevos confinamientos sean menos dañinos que al comienzo de la pandemia, a medida que las economías han aprendido a adaptarse”.
Las recomendaciones del FMI
“La tarea más urgente sigue siendo controlar la pandemia, garantizando que los sistemas de salud cuenten con los recursos adecuados y que todos puedan vacunarse. Las políticas fiscales y monetarias deben seguir siendo de apoyo en los países donde hay suficiente espacio político, una oportunidad a corto plazo para sus economías, mientras que los países con presupuestos ajustados deben volver a priorizar el gasto en atención médica y apoyo a los hogares, y trabajar para crear espacio fiscal adicional”, señalan.
Dado el continuo y pesado costo de los trabajadores de bajos ingresos, puede justificarse un apoyo específico para facilitar la creación de empleo y la readaptación profesional.
“Sanar las cicatrices a largo plazo será más difícil y requerirá acelerar las reformas estructurales, ampliar el acceso a la educación y la salud de alta calidad, ampliar las redes de seguridad social y mejorar el clima empresarial. Se necesita una transformación estructural más profunda que podría ser facilitada por un pacto fiscal amplio para revertir años de lento crecimiento”, concluye el análisis.