El astro argentino del fútbol Diego Armando Maradona era un imán para los inversionistas y con sus triunfos y fracasos, su empresa fue exitosa. Maradona, al que muchos se atrevieron a calificar como un dios, no sobrevivió ayer a un paro cardíaco a sus 60 años.
Sin embargo, como sucede con todas las leyendas, y más las del deporte, su figura y legado será recordada siempre.
Vistió las camisetas del Barcelona, Sevilla, Argentinos Juniors y Newell’s Old Boys. Su zurda dejó su huella en La Bombonera con la camiseta del Boca Juniors y cambió la historia del Napoli, en donde conquistó una copa de la Uefa y dos scudettos. Fue campeón del mundo en 1986, en donde se inventó el mejor gol de la historia de un Mundial.
Su fama y talento le dejaron una fortuna estimada en $100 millones, lo que lo incluía en el ranking de las 50 personalidades argentinas más ricas del país. Además de los pagos por contratos en el fútbol, se suman miles de dólares por campañas publicitarias y hasta regalos millonarios como un anillo de diamantes de $350.000 del presidente del Dinamo Brest.
Su historia inició en 1981-82 cuando poco después de su debut con Argentinos a los 15 años, fue fichado por Boca Juniors con un contrato de $4 millones. Allí, solo duró un año ya que su juego lo llevó al Barcelona, que lo compró por cerca de $8 millones; una cifra récord para la época.
Tras la expulsión del plantel catalán, el Napoli no dudó en ficharlo y se volvió a romper la tarifa de transferencia récord, con un pago de cerca de $10,5 millones. En Italia, al Diego lo recibieron 75.000 espectadores y alcanzó uno de sus momentos cumbres con 115 goles en 259 encuentros. Al final, fue una leyenda viva con 679 partidos jugados y 345 goles en su carrera.
El contrato del Napoli acordaba $800.000 de prima, $400.000 por jugar partidos amistosos y $1 millón por publicidad. Este último punto fue fundamental en su carrera, ya que lo consideraban un imán para los inversionistas.
Como entrenador, debutó en Deportivo Mandiyú de Corrientes en 1994, con un contrato de $1,6 millones, y en 1995 llegó a Racing, en donde dirigió 11 partidos.
Estas cifras y su fama le trajeron años más tarde el contrato con el Al-Wasl por cerca de $34,5 millones. En su carrera como DT, también cobró más de $20 millones como presidente honorario del Dinamo.
El cierre lo hizo en Gimnasia y Esgrima de La Plata, club que logró negocios por $15 millones solo con el anuncio. Le Coq Sportif, por ejemplo, ofreció cuadruplicar el contrato de camisetas y otros patrocinadores duplicaron su inversión con el fichaje. El club además sumó en 3 días 3.000 asociados y vendió 1.000 camisetas con el 10 en 24 horas.