Las contradictorias políticas del gobierno durante la “cuarentena” por la crisis sanitaria del Covid-19, parecen indicar que el dinero sigue pesando a la hora de tomar decisiones, incluso cuando se trata de la vida y la muerte de los ciudadanos.
Minutos después de confirmar la muerte de siete hondureños más por Covid-19, que eleva la cifra a 22, y de alcanzar los 298 contagios, el gobierno anunció que se amplia por dos horas (de 9:00 am a 5:00 pm) el horario de atención en bancos, supermercados y gasolineras, a partir de mañana.
También se permite la venta a domicilio para supermercados y farmacias, durante toda la semana de 7.00 am a 5:00 pm.
Estas medidas, rechazadas por los médicos, contradicen el discurso estatal de “Hondureño quédate en casa”, pero si se concentran en no detener el flujo monetario de la economía y de los ingresos tributarios.
Y es que los sectores de la banca (en especial por remesas), comercio (alimentos y medicinas), energía (energía y combustibles) y telecomunicaciones (telefonía móvil), son los pilares de la captación de impuestos.
Desde que el gobierno habilitó, el 30 de marzo, la circulación de personas por el último número de identidad (1,2 y 3, los lunes; 4,5 y 6 los miércoles, 7,8,9 y 0, los viernes), se registra un mayor número de contagios.