El más reciente estudio sobre la evolución de las vulnerabilidades de la deuda pública en economías de bajos ingresos que elabora Fondo Monetario Internacional (FMI), el entorno macroeconómico para estas naciones se ha vuelto algo más favorable en los últimos tiempos.
“Se estima que el crecimiento económico se reafirmó en estas economías el año pasado a pesar del debilitamiento global del crecimiento”, añadió el FMI.
Otro de los hallazgos que hizo el organismo liderado por Kristalina Georgieva tiene que ver con que el ritmo de acumulación de deuda en estos territorios de bajos ingresos se ha desacelerado algo desde 2017. Esta tendencia se debe a que se ha dado una recuperación en las exportaciones de petróleo.
Sin embargo, el FMI alertó acerca de que las economías con bajos ingresos que exportan petróleo han presentado un aumento en la relación entre su deuda y PIB, lo cual podrá impactar de forma negativa la perspectivas de crecimiento de los países en desarrollo.
Pese a que las perspectivas relacionadas con la deuda de estos países se han estabilizado un poco, el FMI señaló que los riesgos continúan, ya que la disminución en el aumento de la deuda por parte de estas naciones que están en África o Asia están basadas en ambiciosos resultados de consolidación fiscal y crecimiento por encima de los promedios históricos durante los próximos cinco años.
Además de la base de sus proyecciones, no se puede perder de vista el entorno macroeconómico que tendrá riesgos clave como un crecimiento global más débil, una mayor incertidumbre y un aumento del proteccionismo y las tensiones comerciales.
El financiamiento que reciben los países de escasos recursos está siendo complementado, por fuentes comerciales como los eurobonos y préstamos de acreedores como China.
Según el FMI, “los mercados de capitales se han mantenido concentrados, con 10 de los 76 países que representan aproximadamente 85% de las emisiones de eurobonos durante 2017-2019”.