Los bancos centrales están considerando cada vez más si emitir sus propias monedas digitales para el público en general, la llamada moneda digital de banco central minorista (CBDC).
La mayoría de los países miembros del FMI están evaluando activamente las CBDC, y solo unos pocos han emitido CBDC o han realizado pruebas o programas piloto extensos.
En su informe “Detrás de escena de la moneda digital del banco central”, el FMI destaca el puñado de países en la frontera con la esperanza de identificar y compartir ideas, lecciones y preguntas abiertas para el beneficio de los muchos países que siguen sus pasos. Claramente, lo que se puede deducir de estas experiencias no necesariamente se aplica a otros lugares.
La muestra de países sigue siendo pequeña y las circunstancias de cada país difieren ampliamente.
El documento estudia seis proyectos avanzados de CBDC, aprovechando la colaboración y los intercambios con los respectivos bancos centrales para obtener información más allá de lo que se ha publicado anteriormente.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva señaló este miércoles que “los bancos centrales se están arremangando y familiarizándose con los bits y bytes del dinero digital”.
La funcionaria indicó que si las CBDC se diseñan con prudencia, potencialmente pueden ofrecer más resiliencia, más seguridad, mayor disponibilidad y costos más bajos que las formas privadas de dinero digital. Ese es claramente el caso en comparación con los criptoactivos sin respaldo que son inherentemente volátiles.
Agregó que en total, alrededor de 100 países están explorando las CBDC en un nivel u otro. Algunas por investigaciones, otras como pruebas y algunas ya distribuyen CBDC al público.
Bahamas los pioneros
- Detalló que en las Bahamas, el Sand Dollar —la CBDC local— lleva más de un año en circulación. El Riksbank de Suecia ha desarrollado una prueba de concepto y está explorando las implicaciones tecnológicas y políticas de CBDC.
- En China , el renminbi digital [llamado e-CNY] continúa progresando con más de cien millones de usuarios individuales y miles de millones de yuanes en transacciones. El mes pasado, la Reserva Federal de EE UU emitió un informe que señalaba que “una CBDC podría cambiar fundamentalmente la estructura del sistema financiero estadounidense”.
Georgieva reiteró que el FMI está involucrado en este proceso y brindando asistencia técnica a muchos miembros.
La diferencia entre las CBDC y las criptomonedas es que es que las primeras tienen un emisor único (el banco central de cada país) que controla el mercado monetario, igual que con las divisas de papel.
“Si se diseñan con prudencia, los CBDC pueden ofrecer mayor resiliencia, seguridad, más disponibilidad y menores costes que las formas privadas de monedas digitales”, dijo la directora gerente del FMI.