A marzo de 2024, la producción nacional alcanzó un crecimiento de 3,8% y de 1,4% de manera interanual, según el índice Mensual de Actividad Económica (IMAE). Pero este resultado no fue favorable para la economía en general.
Mientras el sector financiero fue el motor del crecimiento del IMAE trimestral, dos sectores fundamentales para el país en empleo e inversión, la manufactura y el agro, registraron niveles de contracción económica de -3,6% y -2,8%, respectivamente. Esta caída tuvo un impacto de -0,9% en el IMAE a marzo.
También bajó la actividad de “Otros Servicios” en un -12,7%. Estos incluyen “Actividades Inmobiliarias y Empresariales, Admón. Pública y Defensa, Enseñanza, Servicios de Salud, Actividades de Servicios Comunitarios, Servicios de Intermediación Financiera Medidos Indirectamente e Impuestos Netos de Subvenciones sobre la Producción y las Importaciones”.
Estas actividades impactaron negativamente en la contribución al IMAE en -1,1%.
Según los datos del Banco Central, la Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca denotó una caída 2,8%; determinado por menor producciòn de camarón, tilapia, palma africana y café.
El cultivo de camarón, debido a una disminución en la demanda por parte de la industria, debido a problemas de acceso a mercados internacionales (suspensión de relaciones diplomática con Taiwán y cierre de mercado de México, recién solventado).
La cría de tilapia, afectada por la revocación de licencias ambientales destinadas a la acuicultura industrial a gran escala en el Lago de Yojoa (por “protección del ecosistema de esa zona”).
La producción de palma africana, por bajos rendimientos agrícolas, lo que se explica por menores lluvias en la zona donde se cultiva esta fruta (Atlántida, Yoro y Colón). “La menor obtención de fruta por hectárea redujo los volúmenes de producción en la industria aceitera”.
La producción de café, “explicado por la alternancia en la productividad cada dos años (bianualidad productiva), a lo que se suma, menor disponibilidad de mano de obra, escasa fertilización y proliferación de plagas como la roya, mismos que han incidido en los rendimientos”.
No obstante, en el agro se registra un incremento en los cultivos de caña de azúcar, de tubérculos, hortalizas y piña, favorecido por el aumento en el consumo interno y externo.
Manufactura de alimentos y textiles cayó 3,6%
Esta baja agrícola impactó en la Industria Manufacturera, que reportó una caída de 3,6%; directamente en la producción de alimentos, bebidas y tabaco, y por la menor exportación de textiles (maquila).
En el sector de alimentos se redujo la elaboración de aceites y grasas de origen vegetal y animal dada la menor disponibilidad de fruta de palma para su procesamiento; los volúmenes producidos de la pesca -camarón y tilapia- y la caída en el beneficiado de café.
En el caso de la maquila, bajó la demanda por parte de los Estados Unidos y hay una menor exportación de partes de prendas de vestir particularmente a El Salvador.
Sin embargo, se reportan variaciones positivas en fabricación de maquinaria y equipo (arneses) para vehículos, por mayores volúmenes exportados hacia los EE UU, Nicaragua y Brasil, además de productos de papel, procesamiento de bebidas y productos lácteos para el mercado nacional.
También mejoró la fundición de hierro, por la normalización en la operatividad de una de las empresas del sector, y de minerales no metálicos (cemento y productos de hormigón), en respuesta al alza en la demanda de la construcción.
Además de la manufactura y el agro, los “Otros Servicios”, que miden el IMAE, tuvieron una contracción de 21,2%