La crisis climática amenaza con profundizar la vulnerabilidad de Honduras y sus efectos podrían causar pérdidas de alrededor del 5,4% del producto interno bruto (PIB) al año y aumentar la deuda pública en 6,2 puntos para 2050, según un estudio divulgado este martes por el Banco Mundial (BM).
El informe destaca que: “Acelerar la acción climática ayudará a Honduras a lograr un crecimiento inclusivo y resiliente”, además identifica las oportunidades para abordar los desafíos del cambio climático en Honduras como parte integral de su estrategia de desarrollo.
Y es que “el cambio climático representa un riesgo para el desarrollo sostenible de Honduras y amenaza con profundizar las vulnerabilidades del país”.
“Si no se aceleran las medidas, los peligros naturales inducidos por el clima, como el exceso de lluvias y los ciclones tropicales, en combinación con otras amenazas, como los terremotos, podrían causar pérdidas de aproximadamente el 5,4% del producto interior bruto (PIB) anual y aumentar la deuda pública en 6,2 puntos porcentuales para 2050”, señala el BM.
Además de poner en peligro la seguridad alimentaria e hídrica y la salud humana, es probable que el impacto del cambio climático exacerbe problemas como la pobreza y la desigualdad, y agrave otros existentes como la migración, los desplazamientos internos, los conflictos por la tierra y la inseguridad.
Por ejemplo, en Honduras, como consecuencia de los desastres naturales, unas 56.000 personas podrían verse obligadas a desplazarse de las zonas rurales a las urbanas.
“Honduras tiene la oportunidad de avanzar hacia un desarrollo resiliente y sostenible mediante la implementación de reformas que permitan reducir las vulnerabilidades, y proteger a la población y los activos naturales, además de generar empleo y reducir las emisiones de carbono”, dijo Kinnon Scott, representante residente del Banco Mundial en Honduras.
El Informe sobre el clima y el desarrollo del país (ICDP) del Grupo Banco Mundial para Honduras presenta recomendaciones sobre políticas para salvaguardar el capital natural del país y fomentar el crecimiento económico sostenible, mientras se protege a las personas más pobres y vulnerables, así como los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las mujeres, que se ven afectados de forma desproporcionada por los impactos del cambio climático.
Estrategia y recomendaciones
El informe para Honduras subraya la necesidad de una estrategia con visión de futuro, en la que se prioricen las inversiones en adaptación y la respuesta rápida ante los peligros naturales.
“El sector privado desempeña una función indispensable en la transición de Honduras hacia un futuro resiliente, inclusivo y con bajas emisiones de carbono”, declaró Sanaa Abouzaid, gerente regional de la Corporación Financiera Internacional (IFC) (la entidad del Grupo Banco Mundial dedicada al sector privado) para América Central.
“Ante las limitaciones fiscales del gobierno, fortalecer el entorno regulatorio y empresarial es clave para aprovechar la inversión del sector privado y respaldar la agenda de cambio climático del país”, añadió.
El informe incluye un conjunto de recomendaciones sobre políticas y desarrollo para mejorar la adaptación al cambio climático y evitar los elevados costos económicos, ambientales y sociales:
- Crear un marco institucional sólido para ejecutar y supervisar la acción climática.
- Una política macrofiscal proactiva, en la que se dé prioridad a la gestión del riesgo de desastres y la inversión destinada a la adaptación, para financiar rápidamente los gastos adicionales para la reconstrucción, el alivio y las transferencias a las poblaciones vulnerables afectadas por los peligros naturales.
- Proteger a las personas más pobres y vulnerables. Una estrategia de inclusión social y alivio de la pobreza, que fortalezca la resiliencia a través de la seguridad de la tenencia de la tierra, la diversificación de las oportunidades de ingresos para las poblaciones urbanas y marginadas, las inversiones impulsadas a nivel local en las áreas rezagadas y las políticas progresistas focalizadas en los hogares vulnerables.
- Productividad y la resiliencia del sector agrícola mediante la aplicación de tecnologías de agricultura climáticamente inteligente, el otorgamiento de subsidios para apoyar a los agricultores y a empresas específicas, la inversión en investigación, conocimientos y sistemas de información, la mejora de la gestión y la eficiencia del agua, y el fortalecimiento de las acciones dirigidas a restaurar, gestionar de forma sostenible y proteger los ecosistemas forestales.
- Sistemas de transporte con bajas emisiones de carbono y resilientes frente al clima. Aumentar la resiliencia de las carreteras rurales e incorporar soluciones basadas en la naturaleza para proteger las infraestructuras viales puede contribuir a mejorar el acceso a los mercados de productos agrícolas y al capital humano.
- Mejorar la sostenibilidad del sector eléctrico. La mejora de la sostenibilidad de este sector permitirá incentivar las inversiones en recursos renovables, como la energía hidroeléctrica generada en represas, con el potencial de respaldar el almacenamiento de agua, el riego y la protección contra las inundaciones. Las medidas de eficiencia energética serán fundamentales para reducir las emisiones.