Los estadounidenses siguieron endeudándose durante el tercer trimestre en medio de un aumento del uso de tarjetas de crédito, incluso a pesar de que se alejaron de las nuevas hipotecas en un entorno de rápido aumento de las tasas de interés, dijo el martes el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
En su informe sobre deuda y crédito de los hogares, la entidad dijo que el endeudamiento total en el tercer trimestre aumentó en 351.000 millones de dólares frente a los tres meses previos, a 16.51 billones de dólares. El endeudamiento total es 2.36 billones más alto que el nivel visto a finales de 2019, antes de que la pandemia de coronavirus impactara a la economía.
“Los saldos de las tarjetas de crédito, las hipotecas y los préstamos para autos siguieron aumentando en el tercer trimestre de 2022, reflejando una combinación de una sólida demanda de los consumidores y un aumento de los precios”, dijo Donghoon Lee, asesor de la Fed de Nueva York, en un comunicado de prensa.
“Sin embargo, la concesión de hipotecas nuevas se ralentizó hasta niveles prepandémicos en medio de la subida de las tasas de interés”, agregó.
Los analistas indicaron que el alto precio de los autos, el encarecimiento de las viviendas y los elevados precios de la gasolina han contribuido a elevar el nivel de endeudamiento de los estadounidenses.
El informe señala que la concesión de hipotecas, que incluye la refinanciación de préstamos existentes, cayó en 126,000 millones de dólares con respecto al segundo trimestre y se situó en 633,000 millones durante el tercer trimestre.
La entidad afirmó que la actividad actual en el mercado de creación de nuevas hipotecas se asemeja a las condiciones observadas antes de la pandemia. También indicó que las tasas de ejecución hipotecaria de viviendas seguían siendo bajas.
Dicho esto, la deuda hipotecaria global durante el tercer trimestre aumentó en 282,000 millones de dólares y alcanzó los 11.67 billones a fines de septiembre, dijo la Fed de Nueva York.
El aumento de la deuda a nivel del consumidor está ocurriendo en una economía en la que el desempleo es bajo y la demanda de los consumidores es elevada en medio de los peores niveles de inflación vistos en 40 años.
La Fed ha intentado moderar el alza de los precios con agresivas subidas de tasas, lo que ha enfriado drásticamente la actividad en el mercado inmobiliario. Los aumentos de tipos también han generado el temor de que la Fed provoque una desaceleración de la economía.