Los puertos de la costa de Texas cerraron o restringieron el tráfico marítimo este domingo para prepararse para la tormenta tropical Beryl, que se esperaba que volviera a convertirse en huracán antes de golpear la zona a primera hora del lunes.
La tormenta, que en un momento dado se intensificó hasta alcanzar la categoría 5 y dejó un rastro de destrucción en el Caribe, podría convertirse en un huracán de categoría 2 cuando toque tierra, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
El puerto de Corpus Christi dijo que estaba cerrado después de que el capitán de la Guardia Costera estableció el domingo condición “Zulu”. Todos los movimientos de embarcaciones y operaciones de carga están restringidos, ya que se esperaban vientos huracanados dentro de 12 horas.
Corpus Christi, a unos 322 km de Houston, es el principal centro de exportación de crudo de Estados Unidos. El cierre del puerto podría paralizar temporalmente las exportaciones de crudo, los envíos de petróleo a las refinerías y los combustibles de motor procedentes de esas plantas.
Las ocho instalaciones públicas del puerto de Houston iban a cerrar sus operaciones el lunes, informó un portavoz. El canal de navegación de 52 millas de Houston, que el domingo operaba con restricciones de tránsito, también permite el acceso a unas 200 terminales privadas.
En tanto, los puertos de Freeport y Texas City estaban bajo condición “Yanqui”. Ante la previsión de vientos huracanados en 24 horas, se suspendió todo el tráfico de entrada de buques en estos puertos.
El productor estadounidense de gas natural licuado (GNL) Cheniere Energy dijo que sus instalaciones de Corpus Christi funcionaban sin interrupciones, pero que todo el personal no esencial había sido liberado del trabajo.
Freeport LNG dijo que había puesto en marcha su plan de respuesta a emergencias meteorológicas, aunque no dio más detalles. Afirmó su intención de mantener la normalidad en las operaciones de sus instalaciones de licuefacción.
Citgo Petroleum Corp redujo el sábado la producción de su refinería de 165.000 barriles diarios de Corpus Christi, Texas, según fuentes consultadas. La refinería planea mantener la planta en funcionamiento al mínimo durante el paso de Beryl al este de Corpus Christi.
Algunos productores de petróleo, entre ellos Shell y Chevron, también habían evacuado al personal de sus plataformas de producción en alta mar del Golfo de México antes del paso de la tormenta.