Un equipo de Honduras ha obtenido este año el máximo galardón del concurso Superhéroes del Desarrollo 2024, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En esta séptima edición, la iniciativa ha registrado un nuevo récord de participación, con un total de 149 propuestas procedentes de 26 países de la región.
Superhéroes del Desarrollo busca destacar las lecciones aprendidas y la aplicación de soluciones innovadoras en proyectos de desarrollo que puedan ser replicados en otros países de América Latina y el Caribe. Es impulsado por AcademiaBID, plataforma a través de la que se difunde conocimiento riguroso y práctico para mejorar vidas en la región.
Lorena Rodríguez Bu, jefa de la División de Conocimiento y Aprendizaje del BID, afirmó: “El conocimiento es fundamental para el desarrollo, ya que permite diseñar soluciones, impulsar el progreso y generar impactos sostenibles. Superhéroes del Desarrollo busca, por un lado, reconocer a las agencias ejecutoras y clientes que han superado con éxito los desafíos en la implementación de proyectos financiados por el BID; y, por otro, sistematizar y compartir el conocimiento generado para mejorar la efectividad en el desarrollo”.
En esta séptima edición, Honduras ganó entre cinco finalistas con el proyecto: Programa de aceleración de aprendizajes a través de tutorías en comunidades vulnerables de Honduras.
La ejecución estuvo a cargo de la Unidad de Proyectos Estratégicos (UPE) de la Red Solidaria. La pandemia de COVID-19 impactó en la educación en Honduras, con más de 600.000 estudiantes abandonando las aulas en 2020.
Aquellos que permanecieron en el sistema enfrentaron dificultades para adaptarse a los nuevos métodos de aprendizaje a distancia, lo que provocó retrocesos importantes. En respuesta, la Red Solidaria y el Ministerio de Educación implementaron un programa de aceleración del aprendizaje en comunidades rurales para mejorar los conocimientos de los niños con resultados académicos por debajo de los estándares apropiados para su edad.
En la práctica, muchas familias rurales carecían de acceso a internet y computadoras, lo que dificultaba el aprendizaje remoto. Para superar este obstáculo, la unidad ejecutora implementó un modelo mixto: aulas móviles —que permitían llegar a pequeños grupos de estudiantes visitando sus hogares o las fincas cafetaleras donde trabajaban sus familias— y llamadas telefónicas mediante las cuales se impartían clases y se realizaban seguimientos a través de mensajes de texto.
El jurado que eligió a los ganadores estuvo integrado por Jordan Schwartz, vicepresidente ejecutivo del BID; Ana María Ibáñez, vicepresidenta de Sectores y Conocimiento del BID; Anabel González, vicepresidenta de Países del BID; James Scriven, gerente general de BID Invest; Irene Arias Hofman, CEO de BID Lab; y Alexandre Meira da Rosa, gerente general de la Oficina de Planificación Estratégica y Efectividad en el Desarrollo del BID.