Los precios del petróleo se dispararon cerca de un 3% este jueves debido a la intensificación de la guerra aérea entre Israel e Irán, que ya lleva una semana, y la incertidumbre sobre una posible intervención estadounidense que mantiene a los inversores en vilo.
Los futuros del crudo Brent cerraron con un alza de $2,15, o un 2,8%, situándose en $78,85 por barril, su nivel más alto desde el 22 de enero.
El crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) para julio subió $2,06, o un 2,7%, hasta $77,20 a las 13:30 EST (17:30 GMT).
Los volúmenes de negociación fueron bajos este jueves debido a un feriado federal en Estados Unidos.
Israel bombardeó objetivos nucleares en Irán el jueves, mientras que Irán lanzó misiles y drones contra Israel tras atacar un hospital israelí durante la noche.
No hay señales de una estrategia de salida por parte de ninguno de los dos bandos, ya que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu declaró que los “tiranos” de Teherán pagarían el “precio completo”, mientras que Irán advirtió contra la participación de un “tercer actor” en los ataques.
La Casa Blanca informó este jueves que el presidente Donald Trump decidirá en las próximas dos semanas si Estados Unidos se involucrará en el conflicto entre Israel e Irán.
Esta posibilidad está impulsando los precios del crudo al alza, según Rory Johnston, analista y fundador del boletín Commodity Context. “El consenso en el mercado es cada vez mayor respecto a que veremos algún tipo de participación estadounidense”, afirmó Johnston.
Irán es el tercer mayor productor entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), extrayendo alrededor de 3,3 millones de barriles diarios de crudo.
Entre 18 y 21 millones de barriles diarios de petróleo y productos derivados transitan por el Estrecho de Ormuz, en la costa sur de Irán, lo que genera gran preocupación ante la posibilidad de que los combates interrumpan el flujo comercial.
El riesgo de una gran interrupción energética aumentará si Irán se siente existencialmente amenazado, y una entrada de EE. UU. en el conflicto podría desencadenar ataques directos a petroleros e infraestructuras energéticas, según Helima Croft, analista de RBC Capital.
JP Morgan afirmó este jueves que un escenario extremo, en el que el conflicto se extienda a la región y conlleve el cierre del Estrecho de Ormuz, podría provocar que los precios del petróleo se disparen hasta los $120-$130 por barril.
Por su parte, Goldman Sachs señaló el miércoles que una prima de riesgo geopolítico de unos $10 por barril está justificada, dada la menor oferta iraní y el peligro de una mayor interrupción que podría llevar al Brent por encima de los $90.
Aun si las tensiones en Oriente Medio se suavizan en los próximos días, es poco probable que los precios del petróleo regresen al rango bajo de los $60 que registraban hace un mes, opinó Phil Flynn, analista senior de Price Futures Group.
“Creo que este conflicto saca al petróleo de su complacencia”, dijo Flynn. “Argumentaría que el mercado ha subestimado el riesgo geopolítico”.
No obstante, DBRS Morningstar indicó en una nota este jueves que espera que cualquier repunte repentino del precio del petróleo sea temporal. Un precio más alto del crudo agravará los obstáculos arancelarios para la economía global y la demanda de petróleo, por lo que, mientras el conflicto disminuya, la prima de guerra se desinflará y los precios volverán a bajar, según DBRS.
El principal responsable petrolero de Rusia declaró este jueves que los productores de la OPEP+ deberían seguir adelante con los planes de aumentar la producción, teniendo en cuenta la mayor demanda en verano. El viceprimer ministro ruso Alexander Novak dijo en un foro económico en San Petersburgo que la OPEP+ debería ejecutar sus planes con calma y no asustar al mercado con previsiones.