La pobreza en Latinoamérica y el Caribe este año sería de 37,8% y la pobreza extrema en 14,9%, señala el décimo quinto informe de “Perspectivas económicas de América Latina 2022” (LEO).
El informe anual conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) se presentó coincidiendo con la reunión de COP27 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).
“El repunte económico que se produjo en la región en 2021 tras los impactos del COVID-19 se ha ralentizado. Esta situación refleja un bajo crecimiento potencial y una serie de retos de carácter estructural”, señala.
Las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania y la desaceleración económica de China corroboran que ALC (América Latina y el Caribe) está profundamente vinculada a un contexto internacional cada vez más complejo.
“La inflación, la incertidumbre y las perturbaciones en el comercio con socios económicos clave están afectando a las economías de la región“. El reducido margen de maniobra de las políticas macroeconómicas “tanto monetarias como fiscales” dificulta la capacidad de las economías de ALC para responder a este contexto desafiante y a los retos ambientales, mientras se busca impulsar una recuperación económica y proteger a los grupos más afectados.
“Se estima que, a finales de 2022, el 33.7% de la población de ALC estará en situación de pobreza y el 14.9% en situación de pobreza extrema. En parte esto se debe a que el aumento de los precios tiene un impacto más profundo en la población más vulnerable”, advierte el informe.
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En los primeros cinco meses de 2022, las tasas de inflación padecidas por las personas en situación de pobreza extrema en algunos países de la región eran 3.6 puntos porcentuales más altas que la inflación general. La política fiscal debe promover el crecimiento y la inclusión social, sobre la base de los pilares estratégicos de la sostenibilidad medioambiental y fiscal, la descarbonización y la resiliencia.
En un contexto de condiciones monetarias restrictivas, la gestión de la política fiscal ocupa un lugar central en la recuperación de ALC, y debe encontrar un equilibrio entre el apoyo a la recuperación económica, la protección de los hogares más vulnerables y la preservación de la sostenibilidad fiscal.
Esto es particularmente relevante en un contexto en que la pandemia de COVID‑19 ha agravado los problemas sociales de la región, provocando mayores niveles de pobreza y desigualdad. Se prevé que estos aumenten en 2022, debido principalmente a la desaceleración económica y a la creciente inflación, sobre todo de los precios de los alimentos, que afecta en particular a los más vulnerables.