La biofarmacéutica americana Pfizer espera que los ingresos anuales derivados de su cartera de vacunas de ARN Mensajero (ARNm) podrían oscilar entre $10.000 millones y $15.000 millones en 2030.
La empresa neoyorkina ya pronosticó que su cifra de negocio superaría este ejercicio, por primera vez en su historia, los $100.000 millones, más del doble de antes de la pandemia, gracias a la fuerte demanda de la vacuna contra el Covid que ha desarrollado junto a la biotecnológica alemana BioNTech y de Paxlovid, su antiviral oral contra este coronavirus. En noviembre, elevó su previsión de las ventas de este vacuna a $34.000 millones este año, $2.000 millones más.
Pfizer, al igual que otros desarrolladores de tratamientos contra el Covid, verán como las ventas relacionadas con el Covid caerán drásticamente en los próximos años. Además, la biofarmacéutica que encabeza Albert Bourla se enfrenta también a la pérdida de la protección de la patente de algunos de sus medicamentos superventas a partir de 2025, como Ibrance (cáncer) o Xeljanz (artritis). El impacto de las patentes podría hacer que la biofarmacéutica perdiese $17.000 millones de ventas anuales entre 2025 y 2030.
En paralelo, los analistas prevén que la facturación por la vacuna del Covid caiga progresivamente a partir de 2023, hasta $6.700 millones en 2027, según la consultora Refinitiv.
Inversiones en tecnología ARNm
La compañía está destinando una importante inversión a la tecnología de ARNm, la plataforma donde se desarrolla su vacuna Comirnaty contra el Covid, para lanzar otras fórmulas que le permitan compensar la caída de ingresos por el vencimiento de las patentes y y la menor demanda de vacunas contra el coronavirus.
Pfizer no ha aportado información sobre las expectativas de ventas de diferentes vacunas de ARNm, pero si anuncio que su candidata contra el virus respiratorio sincitial (RSV), que se lanzará en 2023, podrían llegar a registrar unas ventas superiores a los $2.000 millones en 2027.
La mayoría de las vacunas contienen bacterias o virus debilitados o muertos. Sin embargo, los científicos han desarrollado un nuevo tipo de vacuna que utiliza una molécula llamada ARN mensajero (o ARNm), en lugar de parte de una bacteria o virus. Una vez que las células terminan de hacer una proteína, rápidamente descomponen el ARNm. El ARNm de las vacunas no entra en el núcleo y no altera el ADN.