Moody’s Ratings ha elevado las calificaciones de emisor y deuda en moneda local y extranjera a largo plazo de Costa Rica a Ba2 desde Ba3, al tiempo que cambió la perspectiva a estable desde positiva.
La mejora refleja perspectivas favorables para las métricas fiscales y de deuda del país, respaldadas por una continua disciplina fiscal y un robusto crecimiento económico. La adhesión del gobierno a los límites de gasto y una gestión proactiva de la política monetaria han acelerado la disminución de la carga de la deuda, incluso mientras el país se acerca a sus elecciones generales de febrero de 2026.
La deuda de Costa Rica ha caído desde un máximo del 67,6% del PIB en 2021 hasta el 59,8% en 2024, una reducción de ocho puntos porcentuales. Las autoridades han elevado el balance primario en más de tres puntos porcentuales del PIB en comparación con los niveles previos a la pandemia, mediante recortes significativos del gasto y mayores ingresos derivados de la reforma fiscal de 2018.
Se prevé que el superávit primario se amplíe al 2,6% del PIB en 2025 desde el 2,3% en 2024, resultando en un déficit fiscal general menor del 2,2% del PIB en 2025 en comparación con el 2,8% en 2024. Moody’s proyecta que la deuda pública caerá por debajo del 55% del PIB para 2027.
La asequibilidad de la deuda está mejorando a medida que disminuyen los costes de endeudamiento. Los pagos de intereses han comenzado a caer en 2025, disminuyendo un 4,2% en términos nominales durante los primeros seis meses en comparación con el mismo período de 2024. Se espera que la relación entre intereses y ingresos del gobierno general disminuya al 17% en 2025 desde el 18,5% en 2024.
La economía de Costa Rica creció un 4,3% en 2024, impulsada por las exportaciones, la inversión extranjera directa y un fuerte consumo privado. Se prevé que el crecimiento se desacelere al 3,5% en 2025 y se mantenga en torno a ese nivel hasta 2027, reflejando el impacto del arancel del 15% impuesto por Estados Unidos y una demanda global más débil.
La perspectiva estable equilibra los riesgos al alza y a la baja. Una disciplina fiscal continua podría conducir a una reducción más rápida de la deuda, mientras que una desaceleración económica podría poner en peligro el crecimiento de los ingresos y complicar los esfuerzos de consolidación fiscal.
Moody’s también elevó los techos de calificación en moneda local y extranjera de Costa Rica a Baa1 desde Baa2 y a Baa3 desde Ba1, respectivamente.