El cartón de huevos tuvo un alza de 30 lempiras y la tortilla de maíz un 36%, según el IPC
La inflación de 9,80% registrada el año pasado en el país tuvo un impacto dramático en los hogares al registrarse aumentos récord en el valor de los alimentos.
El aumento promedio de la canasta alimenticia fue del 15%, pero algunos productos triplicaron ese porcentaje. El café, la bolsa de 16 unidades, tuvo un alza del 49,35% (25.93 lempiras), entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022, según el índice inflacionario del Banco Central de Honduras (BCH).
La tortilla de maíz, tuvo un incremento de 36,5% (0.42 centavos), la libra de frijoles un 27,25% (9.67 lempiras) y los huevos un 26,8% (12.77 lempiras las 12 unidades, 30 lempiras el cartón de 30 unidades). El precio de 1 huevo subió a 5 lempiras y de una tortilla a 1.90 lempiras, indican los datos del BCH.
Otros productos con alza importante fue el maíz desgranado (23,5%), los lácteos y las carnes más del 12%.
El rubro de “Alimentos y Bebidas no Alcohólicas” contribuyeron al 4,89% de la inflación del 2022.
Para el economista Julio Raudales, los niveles de inflación del año pasado tiene un fuerte impacto en la población de bajos recursos y confirma los indicadores internacionales de inseguridad alimentaria.
(VEA: Más del 50% de la población hondureña sufre de inseguridad alimentaria)
“Ya sea alimentario, ya sea de vivienda, de transporte, de servicios y de todos esos elementos que son importantes para nuestro consumo, de ellos aproximadamente el 30%, más o menos unos 80 y 85 productos son alimenticios, corresponden a lo que se llama la canasta alimenticia del hondureño y vale la pena señalar que subió en un 15,39% de acuerdo a las mismas cifras del Banco Central”, apuntó.
Esto indica que evidentemente ha sido un incremento muy fuerte por encima de lo natural y muy por encima también, de lo que pasó en los países vecinos, añadió.
Raudales recordó que cuando se habla de inflación y canasta alimentaria hay que recordar que las personas más pobres son los que más sufren este tipo de inflación alimentaria porque de sus ingresos ellos dedican un gran porcentaje a comprar alimentos, a diferencia de las personas que no son pobres que destinan sus ingresos principalmente a pagos de educación, plan de vacaciones, consumo y otros gastos.