Autor: Leo Elduayen, CEO & Co-founder de Koibanx
La industria financiera se encuentra inmersa en una transición phygital (físico-digital). Históricamente la banca operaba mediante canales analógicos y físicos. En la actualidad, cada vez son más protagonistas los canales digitales, que están convirtiéndose en el centro del negocio.
Hay una tendencia regulatoria creciente en la región para habilitar Open Finance y la interoperabilidad de productos financieros. En este sentido, la tecnología bancaria se vuelve crucial para que las entidades financieras puedan ya no solo innovar, sino atender el día a día de su negocio, que es mayormente digital.
En el caso de Honduras, su sistema financiero es estable, líquido y bien capitalizado, por lo que la transición hacia los servicios digitales podría impulsar el crecimiento del subsector, mejorando la productividad y acelerando la economía, como lo menciona el estudio del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) “Creando Mercados en Honduras”
En este contexto, existe un cambio de mentalidad a partir del cual los bancos buscan participar de los nuevos ecosistemas digitales para capturar el valor futuro que sus clientes están demandando en el corto y mediano plazo. Una de las tecnologías que permite la creación de estos nuevos servicios financieros son blockchain y la tokenización de activos.
Pero ¿qué es blockchain y cómo se fusiona con la tokenización? Para empezar, debemos entenderla como una tecnología que puede ser implementada en varias industrias, de manera similar a como lo fue y es internet, que inicialmente se utilizaba solo para enviar correos electrónicos y hoy todo lo que abarca es infinito.
Aunque blockchain se popularizó gracias a la compra y venta de criptomonedas, es importante destacar que es una tecnología que va más allá y que en esencia, fusiona una base de datos distribuida y eficiente para mantener balances, registrar movimientos históricos, procesar y validar transacciones de los activos que componen dichos balances y exponer esta información de manera transparente e inmutable. Esto la convierte en un pilar para la adopción, por ejemplo, de Open Finance.
Por otro lado, la tokenización es la representación virtual de un activo tangible o intangible en la blockchain, permitiendo su división, intercambio y transaccionalidad. Estos activos heredan las propiedades de la blockchain y podemos empezar a habilitarlos y utilizarlos como medio de pago. La integración de este concepto al sistema financiero, crea rieles que posibilitan pagos multiactivos, convirtiendo las tenencias del sistema financiero en líquidas, facilitando que se realicen pagos mixtos y parciales utilizando dinero fiat, títulos de valor, commodities (insumos y materias primas), puntos de fidelidad y criptomonedas.
Esto permite ofrecer soluciones personalizadas para abordar desafíos específicos del mercado, como la emisión y transacción de activos digitales, billeteras digitales, creación de cuentas virtuales para gestionar saldos con destinación específica como subsidios, programas de lealtad 3.0 e incluso el procesamiento de pagos con criptomonedas. Todo esto con la seguridad y la transparencia que la cadena de bloques ofrece.
La integración de la tecnología blockchain a la infraestructura del sistema financiero (APIs al core bancario existente, cámaras de compensación, esquema de pagos y autorizaciones) permite a las entidades financieras diseñar e implementar estas nuevas soluciones. Al automatizar y simplificar las transacciones, los bancos pueden ahorrar tiempo y recursos, lo que a su vez se traduce en una mejor experiencia para los clientes e incluso la posibilidad de ofrecer productos a mercados que aún no han sido captados o que no están bancarizados.
Existen diversos casos de uso que sirven como un ejemplo perfecto de la unión de la tecnología Web3 con el mundo financiero tradicional. Uno de ellos es el reciente lanzamiento en Argentina de n1u, una billetera digital dirigida al segmento joven y enfocada en los gamers, que desarrollamos y en la que invertimos en colaboración con Visa, que ya tiene planes de expansión para México y Colombia. Esta wallet ofrece todo tipo de productos para los usuarios, desde cash in y cash out de dinero, transferencias y soluciones de pago como el QR, compra y venta de criptomonedas, recargas de celular hasta contratación de servicios de streaming. Todo funcionando sobre un core 100% blockchain.
Otro ejemplo es la tokenización de instrumentos financieros y su habilitación como medio de pago. Desde atomizar y programar la emisión de fiducias y sus reglas para ser liquidadas y suscriptas, hasta la tokenización de facturas de crédito o “documentos por cobrar” para permitir un crowdfunding de este de manera transparente y parametrizada. Ambos son casos de uso que realizamos con aseguradoras como Río Uruguay o el Banco de Valores, y que estamos en proceso de exploración en México y Centroamérica también.
En conclusión, la oportunidad de integrar tecnologías disruptivas al segmento financiero está aquí. Los bancos se definen cada vez más como participantes de un ecosistema en colaboración con las fintechs y no como clientes tradicionales de productos tecnológicos.
Estos factores permiten un escenario en donde contar con una capa tecnológica que interopere, transparente, y garantice la emisión y el manejo de diferentes activos sin alterar las relaciones de poder o competencia entre oferentes de productos financieros, se convierte en algo cada vez más importante. En este escenario, blockchain y Web3 están consolidándose como pilares en la dinámica del sistema financiero y su estrategia para los próximos años.