El conflicto entre Estado Unidos y China no afecta solo al tablero internacional, también al económico. Según el Informe de Perspectivas Económicas del FMI publicado hoy miércoles, la contienda entre las grandes potencias hace plantear a la institución un escenario donde se perderá “en el largo plazo” el 2% del PIB en términos de producción mundial, especialmente en los países en desarrollo, más expuestos a los vaivenes de la inversión externa.
Uno de los motivos centrales, explican, es el acercamiento de las grandes potencias a los países amigos, al mismo tiempo que se alejan de sus rivales a la hora de realizar inversiones, lo que pone en peligro parte del crecimiento mundial.
El parón de las cadenas de suministros tras la pandemia y la dependencia de Occidente de China en determinados productos estratégicos, como los semiconductores o materias primas para la transición ecológica, han hecho que tanto Bruselas como Washington tiendan al denominado Friendshoring (en contraposición al offshoring, que en inglés significa deslocalización), es decir, a acercar las cadenas de suministros a países amigos.
El FMI ha ejemplificado la brecha entre Estados Unidos y China en cuanto a la creciente disparidad en el sentido de voto en Naciones Unidas a partir de 2016 y que ha coincidido con una disminución en la inversión bilateral de aproximadamente el 15%. Este hecho, afirman desde el FMI, ha traído consecuencias sobre la inversión directa a nivel mundial, además de a los sistemas de pago internacionales y a los precios de los activos, lo que tendrá efectos en el crecimiento económico del planeta.
Los principales afectados por este cambio de tendencia serán los mercados emergentes, advierten. Sin embargo, los países desarrollados no están exentos de peligro, ya que muchas de ellas cuentan con “importantes stocks de inversiones directas extranjeras en sectores estratégicos” en países rivales.
Además, estas tensiones derivadas de la fragmentación geopolítica, y por tanto económica, también causan perturbaciones en las cadenas de suministros y en los mercados de materias primas, lo que tiene implicaciones en el crecimiento y la inflación de los países que podrían exacerbar los problemas ya presentes.
Riesgos financieros
También existen riesgos financieros derivados de estas tensiones geopolíticas. Según estima la institución dirigida por Kristalina Georgieva, el aumento de la incertidumbre y las salidas transfronterizas de crédito e inversión que provocan la escalada de tensión entre los bloques “incrementan los riesgos de refinanciación de la deuda de los bancos y los costes de financiación”. “También podría hacer subir los tipos de interés de la deuda pública, reduciendo el valor de los activos de los bancos y aumentando sus costes de financiación”, indica el organismo.