La inflación subyacente en Honduras registró en mayo una tasa interanual de 5,31%, desacelerándose por tercer mes consecutivo pero ubicándose por arriba del rango de tolerancia de mediano plazo establecido por la Autoridad Monetaria de hasta 5%, por cuarto mes consecutivo.
La fluctuación anual, señala el Banco Central de Honduras (BCH), se atribuye principalmente “al incremento de precios en de algunos servicios (salud, educación, comidas consumidas fuera del hogar, alquiler de vivienda, domésticos y de cuidado personal), bienes (muebles,
electrodomésticos, prendas de vestir y vehículos, entre otros), así como alimentos industrializados”.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como alimentos y energía, aún no ha logrado disminuir significativamente. La inflación subyacente, que se considera un indicador más preciso de la tendencia inflacionaria a largo plazo, ha mostrado una resistencia a la disminución, lo que sugiere que la inflación podría persistir.
La inflación anual a mayo subió a 2,51% y la inflación interanual bajó a 4,54%
¿Por qué es importante la inflación subyacente?
En el caso de Honduras, el indicador de inflación subyacente excluye un total de 37 bienes y servicios, entre alimentos perecederos no industrializados (excepto carnes), tarifas de energía y combustible.
Entonces, la inflación subyacente va más allá de los productos básicos y afecta a la variedad de bienes y servicios que se consumen habitualmente, a veces por puro placer, como alquilar un coche, comprar un nuevo smartphone, cortarse el pelo o ir al cine.
Una inflación subyacente elevada significa que todo lo que nos rodea es cada vez más caro. Todos los productores y vendedores intentan compensar de algún modo la fuerte subida de los costes de la energía, explican los investigadores.
Cuanto más tiempo se mantenga alta la inflación subyacente, mayor será el impacto para los consumidores, que verán cómo sus salarios y ahorros personales pierden valor con el tiempo.
Y es que si los salarios no aumentan tanto como la inflación, a medio y largo plazo, el poder adquisitivo se reducirá permanentemente y eso se traducirá en un menor consumo, una menor demanda y, en consecuencia, una economía más baja.