Al menos 350 millones de personas se vieron afectadas por cortes de energía el año pasado luego de que condiciones atmosféricas extremas y la transición a fuentes de energía más limpias llevaran a que más mercados se vieran afectados por interrupciones en el suministro, señaló IHS Markit en un informe.
Más del 4% de la población mundial se vio afectada cuando regiones que antes tenían suministros de energía confiables, como Texas y China, sufrieron apagones y racionamientos. El cambio climático está provocando condiciones meteorológicas más extremas, mientras que una transición “inherentemente accidentada” hacia energías más ecológicas está agravando problemas de falta de inversión en redes y centrales que se arrastran desde hace tiempo, según el informe.
La transición hacia la energía eólica y solar es esencial para cumplir con los objetivos climáticos globales, pero también está haciendo que los inversionistas eviten combustibles fósiles que aún son necesarios para la seguridad del suministro. La resultante crisis energética mundial –con precios cada vez más altos en Europa y apagones continuos en China– se ha visto agravada por la pandemia de covid-19 y cuellos de botella en las cadenas de suministro.
“El suministro de combustibles fósiles sigue siendo la forma dominante de energía en la mayor parte del mundo. Si ese suministro se reduce más rápido de lo que disminuye la demanda, y antes de que tecnologías alternativas puedan llenar el vacío, podrían surgir deficiencias que provoquen alzas de precios”, dijo en un comunicado Xizhou Zhou, titular de electricidad y energías renovables globales de IHS Markit.
El cambio climático también está afectando la confiabilidad de los sistemas de energía, con más olas de frío y sequías en lugares que carecen de la infraestructura para manejar condiciones atmosféricas tan extremas. La variabilidad de los patrones climáticos también dificulta la realización de pronósticos de oferta y demanda, según IHS Markit.