La Cámara de Representantes de Florida, con mayoría republicana, aprobó la prohibición del aborto durante las primeras seis semanas. Una medida que se suma a una serie de acciones que han restringido drásticamente la interrupción del embarazo en el estado y en todo el sur de Estados Unidos.
Con 70 votos a favor y 40 en contra, la Cámara de Representantes de Florida aprobó el proyecto de ley contra el que los demócratas presentaron numerosas enmiendas y ahora está en manos del gobernador republicano Ron DeSantis, un conservador que se perfila como candidato a la presidencia de Estados Unidos.
La iniciativa fue presentada por la senadora Erin Grall, y antes pasó la prueba del Senado. Desde el 1 de julio de 2022 solo se puede abortar legalmente en Florida hasta las 15 semanas de embarazo, en lugar de las 24 semanas establecidas antes de esa fecha. Pero ahora, con la firma de DeSantis, se reduciría hasta las seis semanas.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró que la aprobación e inminente promulgación supone una “nueva, extrema y peligrosa prohibición del aborto”.
“La prohibición va en contra de las libertades fundamentales y está fuera de sintonía con las opiniones de la gran mayoría de la gente de Florida y de todo Estados Unidos”, agregó.
Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris, condenó la determinación. “Seamos claros. Esta ley denegaría a las mujeres en Florida acceso a cuidados básicos de salud”, sentenció en su cuenta de Twitter.
La propuesta de ley tiene algunas excepciones, como mantener el aborto en casos de violación, incesto o trata de personas. Unas que, sin embargo, deben ser argumentadas con documentación suficiente para cada caso. También se podrá acceder a la interrupción del embarazo si la vida de la madre corre peligro, según la certificación de dos médicos.
Otra restricción de la normativa es el suministro por correo de medicamentos abortivos, como píldoras, que podrían ser recetados ahora únicamente en persona.
El aborto, una batalla política en EE. UU.
El aborto es el centro de un debate político en Estados Unidos desde que el Tribunal Supremo anuló el caso Roe vs. Wade el año pasado —el caso judicial que regía desde 1973 y permitió que el Gobierno federal garantizara el derecho al aborto en todo el país—. Pero la decisión del Supremo abrió la posibilidad para que cada estado decidiera sus propias normas respecto a la interrupción del embarazo.
Según los sondeos, el apoyo al derecho al aborto ayudó a los demócratas a superar a los republicanos en las elecciones de mitad de mandato de noviembre. Una encuesta de Reuters/Ipsos reveló que alrededor del 50% de los estadounidenses se oponen totalmente o en cierta medida a una prohibición nacional del aborto en las seis semanas de gestación. Además, revela que el 44% de los republicanos rechaza esa medida.
La misma encuesta mostró que el 43% de los republicanos se declaraban menos propensos a votar a un político que limite el acceso al aborto.
Pero la limitación del aborto es férreamente defendida por muchos de los líderes republicanos. “Tenemos la oportunidad de liderar a la nación en la protección de la vida y dar a cada niño la oportunidad de nacer y encontrar su propósito”, comentó la representante Jenna Persons-Mulicka de Fort Myers.
En cambio, los detractores de la medida reiteran sus argumentos. Uno de los principales es que muchas mujeres no saben ni siquiera que están embarazadas en las primeras seis semanas de gestación.
¿Una decisión política?
Alexis McGill Johnson, presidenta de la organización Planned Parenthood Action Fund, que defiende la atención médica y reproductiva, aseguró que “se han duplicado las prohibiciones del aborto para privar a millones de personas de la atención médica esencial”. Unas “decisiones políticas” que, según señala, dañan sobre todo a las “personas negras y latinas, LGBTQ+ y de bajos ingresos”.
Las críticas son múltiples a la decisión del estado sureño del país. El presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, declaró que, “en su incansable búsqueda de conquistar a la base ‘MAGA’ (Make America Great Again), Ron DeSantis está a punto de cumplir su promesa de arrebatarle a la mujer la libertad de tomar sus propias decisiones de atención médica”.
“DeSantis se comprometió a firmar esta prohibición aún más extremista que aplica a un punto antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas. Esta prohibición será una de las más estrictas del país y es solo el último ataque de extremismo contra el aborto”, aseveró Harrison.
Estados como Alabama, Texas o Misisipi, prohibieron el aborto en cualquier etapa de la gestación. La iniciativa de Florida, que ahora aguarda la inminente firma de DeSantis, fue aprobada el mismo día en que el Gobierno estadounidense comunicó su voluntad de apelar la decisión del Tribunal Supremo que convirtió al aborto en una batalla política entre demócratas y republicanos.