Irak, uno de los principales productores de petróleo, concedió licencias a “empresas árabes y extranjeras” para el desarrollo de varios yacimientos del país, con las que espera aumentar su producción en más de un millón de barriles diarios de crudo y 3.459 millones de pies cúbico de gas.
El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, explicó en una ceremonia con esta ocasión en Bagdad que su Gobierno ha concedido licencias a “empresas árabes y extranjeras” que desarrollarán “29 proyectos de inversión en doce gobernaciones” iraquíes.
No dio a conocer detalles sobre las empresas, aunque fuentes del ministerio de petróleo indicaron que son en su mayoría chinos.
Las nuevas inversiones “van en el contexto de la nueva visión del Gobierno para una inversión óptima de petróleo y gas”, dijo Al Sudani, y reafirmó el compromiso de su Gobierno de “trabajar lejos de la burocracia y la rutina para facilitar el entorno empresarial y de inversión”.
Apuntó que entre los objetivos es “Invertir la riqueza de Irak, empezando por poner fin a la quema de gas asociado, que se detendrá en un plazo de 3 a 5 años, y detener los devastadores efectos medioambientales de este proceso”.
Otro, añadió, es “convertir el 40% de la producción de crudo en los próximos 10 años en productos derivados del petróleo”, además de “la construcción de una plataforma de gas en el puerto de Al Faw (sur)” entre otros proyectos que “incluyen el transporte de petróleo y gas”.
Estas inversiones, sobre las que aseguró que conversa “con varias empresas”, “brindarán a Irak una nueva posición en el mercado energético”, confió.
Irak cuenta con una de las cinco reservas mundiales más importantes de crudo y es el segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), después de Arabia Saudí.
El ministro de petróleo iraquí dijo en enero pasado que Bagdad espera elevar su producción actual de petróleo, estimada en unos cuatro millones de barriles diarios, de los que exporta entre 3 y 3,4 millones, a seis millones de barriles.