Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela enfrentan tensiones que pasaron de las amenazas verbales a los actos militares. De hecho, el lunes la administración de Donald Trump anunció el despliegue de tres buques a aguas cercanas a Venezuela, se trata del USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson.
El despliegue de EEUU incluirá a unos 4.000 marineros e infantes de marina en el sur del Caribe, además de varios aviones de reconocimiento P-8, buques de guerra y al menos un submarino de ataque. El personal y los recursos militares operarán en aguas y espacio aéreo internacionales durante varios meses.
Además de tareas de inteligencia y vigilancia, las fuerzas navales podrían ser empleadas para ataques selectivos. Trump ha mostrado disposición a utilizar la fuerza militar contra los cárteles de droga en Latinoamérica.
Manuela Jiménez, analista asociada de Control Risks, dijo que la reciente escalada en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela no es sorpresiva, ya que la estrategia de Washington hacia Caracas se desarrolla en dos frentes. “Con el respaldo del enviado especial de Trump, Richard Grenell, la Casa Blanca ha explorado el diálogo con el gobierno de Maduro, principalmente para salvaguardar los intereses estadounidenses en el sector petrolero”
“Este enfoque responde a la política de “America First”, que prioriza las ganancias económicas y los acuerdos energéticos favorables en el exterior, incluso si implica tratar con un régimen fuertemente sancionado”.
Washington ha optado por una estrategia de presión máxima para intentar debilitar al régimen de Maduro. Entre las medidas más visibles están la intensificación de operaciones militares en el Caribe, la designación del Cartel de los Soles como una organización terrorista global especialmente designada y el aumento a US$50 millones de la recompensa por el mandatario venezolano, la cifra más alta en la historia de Estados Unidos.
“Con este paquete de acciones, la Casa Blanca busca cortar las fuentes de financiamiento ligadas al narcotráfico y aislar a Maduro del sistema financiero internacional, aunque el efecto real podría ser limitado, ya que buena parte de esos recursos se mueven por canales informales difíciles de rastrear”, explicó Jiménez.
Estados Unidos sigue decidido a intensificar su presión sobre Venezuela, no solo con un mayor despliegue militar en el Caribe, sino también alentando a que otros países de la región se sumen a la lucha contra el narcotráfico y el Cartel de los Soles, lo que aumentaría el cerco sobre el régimen de Maduro.
“Más que preparar una intervención militar, Washington busca enviar un mensaje directo a los altos mandos venezolanos, quienes constituyen el soporte central de Maduro. Es una maniobra destinada a fragmentar esos apoyos y a elevar la presión psicológica sobre el mandatario, que ya ha dado señales de inquietud con recientes cambios en su cúpula militar”, señaló.
¿Cómo están equipados?
El USS Gravely no es un buque común; su capacidad de combate lo convierte en una verdadera fortaleza flotante. Parte de la clase Arleigh Burke, está preparado para cumplir misiones de ataque, defensa aérea y guerra antisubmarina. Su efectividad en operaciones estratégicas se debe a un conjunto de sistemas avanzados y armamento especializado.
El Gravely también cuenta con helicópteros SH-60 Seahawk, que apoyan misiones de interdicción y patrullaje marítimo, y dispone de personal de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, INL, de la Guardia Costera, lo que refuerza su papel en la lucha contra el tráfico de drogas.
El USS Sampson es un destructor de misiles guiados de la clase Arleigh Burke (DDG-102) de la Armada de los EEUU. Equipado con un sistema de lanzamiento vertical que le permite disparar misiles de defensa aérea. Su presencia en la región no es nueva: el Sampson ha visitado puertos en el Caribe y ha participado en ejercicios conjuntos con otras armadas, reforzando la cooperación militar.
La respuesta de Nicolás Maduro ante las amenazas de Estados Unidos
Nicolás Maduro informó que desplegará 4,5 millones de milicianos como respuesta a las amenazas de EEUU de enviar los destructores y de aumentar la recompensa por información que lleve a su captura. “Desplegar toda la capacidad miliciana en el territorio y por sectores. Establecer la capacidad de la milicia bolivariana en todos los territorios del país”, dijo. Sin referirse a los buques, Maduro, declaró que Venezuela “defenderá nuestros mares, cielos y tierras”.