Inflación subyacente sigue elevada con 5,43% en abril

La inflación subyacente, que excluye productos volátiles como alimentos y energía, ha mostrado una tendencia a la baja en algunos países, pero sigue siendo un tema de preocupación en Honduras. 

En general, la inflación subyacente se ha mantenido menos estable que la inflación general y se considera una mejor guía de la tendencia inflacionaria a largo plazo. 

Según datos del Banco Central de Honduras (BCH), en abril, la “inflación subyacente registró una tasa interanual de 5,43%”, superior al 4,39% de inflación interanual y 2,19% acumulada en el año.

La inflación interanual a abril de 2025 fue de 4,39%, menor en 0.45 pp que la observada doce meses atrás (4,84%).

El BCH destaca que la inflación subyacente se desaceleró por segundo mes consecutivo, ubicándose “temporalmente por arriba del rango de
tolerancia de mediano plazo establecido por la Autoridad Monetaria (entre 4 y 5%)”.

La autoridad reconoce que la variación interanual se explica “principalmente por el incremento de precios de los servicios relacionados con la vivienda, la salud, el transporte y la educación, de algunos bienes de consumo popular y de alimentos industrializados (arroz, productos cárnicos, leche en polvo, café, refrescos embotellados y jugos envasados)”.

Aunque se desacelera, la inflación subyacente sigue afectando el bolsillo de los hondureños, al registrar dos años por arriba del índice interanual.

La inflación subyacente se utiliza para medir presiones de demanda agregada que pueden ser modificadas por la acción de la política monetaria, es una medida parcial derivada de la inflación calculada a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), señala el BCH.

“Los incrementos prolongados y fuertes del indicador se asocian normalmente a la presencia de factores inflacionarios, relacionados con el incremento de la demanda interna total por sobre la capacidad de la economía para atenderla”, añade.

En el caso de Honduras, el indicador de inflación subyacente excluye un total de 37 bienes y servicios, entre alimentos perecederos no industrializados (excepto carnes), tarifas de energía y combustible.

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