La región centroamericana se verá afectada por una mayor inflación a la estimada este 2022, por los efectos de la pandemia y los problemas de precios y transporte de materias primas que se presentaron el año pasado, según el análisis de la empresa de inteligencia de mercado Central American Business Intelligence (CABI).
El Banco Central de Honduras proyecta actualmente hasta un 5% de aumento en los precios, pero sólo en enero ya se registró un alza de 1,22%.
En un taller virtual para periodistas de Centroamérica, sobre el “Los impactos del escenario inflacionario actual en la región”, el Director Ejecutivo de CABI, Paulo De León, advirtió de la alta dependencia externa de la economía centroamericana y su impacto en los precios.
La política monetaria expansionista de Estados Unidos, que aumenta la inflación en ese país, ya se siente en la región, además de las alzas al petróleo, la energía, el transporte marítimo y ahora el conflicto geopolítico en Ucrania. Para la región esto representará mayor migración, pobreza y conflictos sociales.
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En el último año los precios internacionales de las materias primas han crecido un 59,71% en general. En el área de alimentos los precios han subido un 35,78% en el último año, en energía 173,13%, en bebidas 54,27 %, en materiales industriales 28,11 % y en insumos agrícolas 25%, detalló el economista.
Centroamérica está experimentando una tendencia al alza en la inflación desde el año pasado que, “no se detendrá en el corto plazo”, con impacto directo en los consumidores.
A criterio del economistas, la actual inflación se debe a tres tres razones claras: La masiva e histórica inyección de dinero en Estados Unidos, Europa y China, la crisis de logística y la crisis energética europea.
“La inflación no se detendrá en el corto plazo, a un costo económico que es crecer menos la economía de cada país”, dijo De León.
“El Salvador ya está tocando el 6% de inflación (interanual) y los demás países todavía tenemos un jalón de uno o dos puntos porcentuales de inflación por lo que ya pasó (el año pasado)”, aseveró.
Enemigo público número uno
Centroamérica tendrá un alto costo, agregó, ya que la mayor parte de la población vive en la pobreza y el aumento de precios de la canasta básica genera migración, pobreza y conflicto social. “La inflación es el enemigo público número uno, es mucho peor que una recesión porque puede instalarse hasta 10 años y esto lleva incluso a revoluciones sociales”, advirtió.
Según los datos del economista, la inflación de Centroamérica es entr”85% ó 90% importada” a raíz de los precios internacionales de las materias primas y el petróleo y que en ese contexto los bancos centrales de Centroamérica tienen poco injerencia en la inflación.
“Los bancos centrales de nuestros países tienen las manos un poco atadas. Subiendo tasas de interés no harán nada a los precios internacionales del trigo y del maíz, pero deben tomar medidas y mantener su credibilidad en sus acciones”, opinó.