La inflación de Venezuela en julio alcanzó a un 19,6% con lo que el alza acumulada de los precios en siete meses fue de 208,1%, reportó el Banco Central.
Venezuela lleva seis años en recesión con hiperinflación y enfrenta un colapso de los servicios básicos, más un débil sistema de salud, en momentos que aumentan los casos de coronavirus que ya superan los 45.000.
Según analistas económicos la inflación real supera el 490%.
Los precios en julio se desaceleraron respecto a junio cuando la tasa fue 25,1%, según el ente emisor, que divulgó los datos luego de dos meses sin ofrecer información.
Pero la cifra del séptimo mes del año indicada por el BCV es menor a la divulgada hace varias semanas por la opositora Asamblea Nacional, que calculó una tasa mayor a 50%. Los diputados realizan estimaciones de los indicadores económicos por los atrasos de los datos oficiales.
En febrero y marzo, el gobierno logró que los precios bajaran luego de una parcial apertura económica que implicó la relajación de controles al sector privado. Sin embargo, bajo la cuarentena nacional por el COVID-19 los precios volvieron a aumentar.
En la inflación de julio, de acuerdo con los datos del emisor, incidieron los saltos de precios en las áreas de educación y comunicaciones.
Las autoridades venezolanas, que por años mantuvieron reguladas las tarifas de los servicios básicos, desde inicios de 2020 han permitido a las empresas de aseo urbano y telefonía realizar ajustes, en un intento de enfrentar las constantes fallas y aliviar a las compañías en la hiperinflación.
Pero las flexibilizaciones han sido insuficientes, y el deterioro en el suministro de agua, gas y telefonía ha llevado a muchos venezolanos a contratar servicios alternativos que incluso se cobran en dólares