Los gobiernos deben implementar “planes fiscales creíbles” y dar alivio a los hogares vulnerables
Los riesgos a la baja siguen dominando las perpectivas económicas globales y el mundo puede estar acercándose a una recesión global a medida que los bancos centrales aumentan simultáneamente las tasas de interés para combatir la persistente inflación, advierten el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Las tres economías más grandes del mundo – Estados Unidos, China y la zona euro – se han desacelerado drásticamente, e incluso un “impacto moderado en la economía global durante el próximo año podría llevarla a una recesión”, advierte un estudio del Banco Mundial.
“El crecimiento global se está desacelerando bruscamente, y es probable que se desacelere aún más a medida que más países caigan en recesión”, dijo el presidente del Banco Mundial, David Malpass, y agregó su preocupación de que estas tendencias persistan, con consecuencias devastadoras para las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Es probable que los aumentos sincronizados de las tasas de interés en curso a nivel mundial y las medidas de políticas monetarias relacionadas continúen hasta bien entrado el próximo año, pero podrían no ser suficientes para hacer que la inflación vuelva a los niveles vistos antes de la pandemia de COVID-19, dijo el banco.
A menos que disminuyan las interrupciones del lado de la oferta y las presiones del mercado laboral, la tasa de inflación subyacente mundial, sin incluir la energía, podría permanecer en alrededor de 5% en 2023, casi el doble del promedio de cinco años antes de la pandemia.
Para reducir la inflación, es posible que los bancos centrales deban aumentar las tasas de interés en 2 puntos porcentuales más, además del aumento de dos puntos porcentuales ya visto sobre el promedio de 2021, dijo.
Sin embargo, un aumento de ese tamaño, junto con la tensión en los mercados financieros, reduciría el crecimiento del Producto Interno Bruto mundial a 0,5% en 2023, o una contracción de 0,4% en términos per cápita, lo que cumpliría con la definición técnica de una recesión mundial, agregó.
Malpass dijo que las autoridades deberían cambiar su enfoque de reducir el consumo a impulsar la producción, incluidos los esfuerzos para generar inversiones adicionales y aumentos de productividad.
Las recesiones anteriores mostraron el riesgo de permitir que la inflación se mantuviera elevada durante mucho tiempo en un momento en que el crecimiento es débil, dijo el banco, y señaló que la recesión de 1982 desencadenó más de 40 crisis de deuda y marcó el comienzo de una década de pérdida de crecimiento en muchas economías en desarrollo.
El vicepresidente del Banco Mundial, Ayhan Kose, dijo que un endurecimiento reciente de las políticas monetaria y fiscal ayudaría a reducir la inflación, aunque la naturaleza altamente sincrónica de las medidas podría agravar la situación y agudizar la desaceleración del crecimiento global.
El estudio sugirió que los bancos centrales podrían combatir la inflación sin provocar una recesión global al comunicar claramente sus decisiones monetarias, mientras que las autoridades deberían implementar planes fiscales creíbles a mediano plazo y continuar brindando alivio específico a los hogares vulnerables.
FMI revisaría perspectivas a la baja
“Incluso si algunos países técnicamente no estuvieran en recesión, para otras personas en el mundo se sentirá como estar en una”, dijo el portavoz del FMI, Gerry Rice.
En julio, el FMI había revisado a la baja el crecimiento mundial a 3,2% en 2022 y a 2,9% en 2023. El mes que viene publicará nuevos pronósticos.
“Claramente, lo que habíamos caracterizado como una desaceleración económica global se ha intensificado en las últimas semanas y meses“, afirmó Rice en una conferencia de prensa virtual.
Agregó que un confinamiento continuo por Covid-19 y los problemas inmobiliarios estaban pesando sobre la actividad económica en China, mientras que el fortalecimiento del dólar tenía implicaciones para muchos países.
“Los riesgos a la baja continúan dominando las perspectivas con una enorme cantidad de incertidumbre que debe tenerse en cuenta”, dijo. “Esperamos que algunos países enfrenten una recesión en 2023. Es demasiado pronto para decir si sería una recesión global generalizada”.
Solo en África, el hambre se había disparado en un tercio en los últimos dos años, afectando a 123 millones de personas.