Los países de América Latina continúan sobrellevando dos choques externos durante 2022: los efectos derivados de la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania. Sin embargo, dadas las condiciones económicas actuales, la región está enfrentando un tercer choque, a saber, el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), “el financiamiento se está escaseando y volviéndose más costoso, debido al aumento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales como medida para controlar la inflación”.
Además, “los flujos de capitales a los mercados emergentes están desacelerándose y los costos de financiamiento externo, aumentando. Las tasas de interés internas en los mercados emergentes también están aumentando, como medida del combate a la inflación; asimismo, existe una aversión al riesgo por parte de muchos de los inversionistas”.
Caída de exportaciones y lento crecimiento
Los exportadores de materias primas de los países de América del Sur, México y algunas economías del Caribe, podrían ver reducidas a la mitad sus tasas de crecimiento para el próximo año, ya que la disminución de los precios de las materias primas amplificaría el impacto de las mayores tasas de interés.
En tanto, las economías de Centroamérica, Panamá y la República Dominicana observarían una ralentización (menor velocidad), debido a la moderación del comercio con los Estados Unidos y menores flujos por remesas familiares, aunque se beneficiarán de los precios más bajos de las materias primas, añade el FMI.