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La epidemia del Covid-19 dejará su huella en la banca privada y obligará a una mayor capitalización, de acuerdo a las última revisiones de la calificadora de riesgo Fitch Ratings.
Fitch afirmó las clasificaciones en escala internacional de riesgo emisor (IDR por issuer default rating) de largo plazo en moneda extranjera y local de Banco Atlántida en ‘B+’. También la nota de viabilidad (VR por viability rating) en ‘b+’, y las clasificaciones en escala nacional en ‘A+(hnd)’ y ‘F1(hnd)’.
Sin embargo, la Perspectiva de las clasificaciones de largo plazo fue revisada a Negativa desde Estable. Esto representa una “corrección” de la nota otorgada en julio anterior.
También pasaron a Observación Negativa (ON), las notas senior de Inversiones Atlántida, además de las clasificaciones nacionales de largo y corto plazo de las subsidiarias de Invatlán, Leasing Atlántida, S.A. (Leasing Atlántida) e Inversiones Financieras Atlántida, S.A. (IFA).
Efectos por el Covid-19
La Perspectiva Negativa de las clasificaciones IDR y nacionales de largo plazo reflejan los riesgos crecientes hacia la baja derivados de las implicaciones económicas por la pandemia por coronavirus, la cual ha resultado en un ajuste en la tendencia del puntaje del entorno operativo a negativa desde estable.
Fitch cree que aunque el impacto final de las condiciones económicas más débiles todavía no está claro, esto podría afectar de manera relevante el desempeño financiero del banco.
La perspectiva negativa de Invatlán refleja el retraso en la entrega de la información financiera auditada de 2019 debido a problemas operativos con el auditor externo por la pandemia, de acuerdo a la administración.
Esto también ha afectado la generación de estados financieros intermedios. Fitch considera que esta falta de claridad agrega incertidumbre en la evaluación de los atributos de Invatlán, específicamente su perfil financiero, y podría impactar la valoración de soporte desde su subsidiaria principal; la cual es una entidad regulada.
Se espera que estos estados financieros estén en julio pasado. La ON indica que estas clasificaciones podrían bajar si la entidad no finaliza sus estados auditados.
“Fitch no espera que la resolución de la ON se extienda más allá del período usual de revisión de seis meses”.
La perspectiva ON de las subsidiarias de Invatlán deriva de la ON de su matriz. Fitch espera resolver estas observaciones una vez la ON de Invatlán sea resuelta.
Las claves de la clasificación
Los analistas de Fitch estiman que las clasificaciones de Atlántida continúan influenciadas altamente por el entorno operativo hondureño y su perfil de compañía.
La VR (viabilidad) está influenciada moderadamente por una calidad de activos y una rentabilidad que podrían enfrentar presión en el mediano y largo plazo, junto a una capitalización limitada que también podría ser presionada.
El perfil de fondeo estable y diversificado del banco también fue considerado en la VR. “La franquicia líder a nivel local de Atlántida y un modelo de negocio consolidado le han permitido mantener un desempeño financiero estable a lo largo del ciclo de negocio”, destaca.
A marzo de 2020, Atlántida era el banco más grande en Honduras en términos de la cartera de préstamos y depósitos de clientes, con una participación de alrededor de 20% en cada una.
La calidad de activos de Atlántida está bajo presión dado el ambiente económico desafiante. A marzo de 2020, el indicador de morosidad incremento a aproximadamente 2,7%, comparando por arriba del promedio de los últimos cierres fiscales 2016 a 2019 (2.4%), y por debajo de algunos pares regionales.
La concentración en deudores permanece alta por estándares internacionales. Los 20 deudores mayores representaron 2.7 veces (x) del capital base según Fitch de Atlántida, el cual es una exposición relevante en caso de deterioros inesperados en sus deudores mayores y dada la cobertura de reservas menor.
Esta cobertura disminuyó a 117% a marzo de 2020 (promedio del sistema: 183%) desde 145% a diciembre de 2019. En términos de métricas, el reconocimiento efectivo del deterioro de la calidad de activos podría ser retrasado debido a la implementación de las medidas regulatorias.
Las medidas otorgadas al sector de diferimiento de pago para aquellos préstamos que enfrenten dificultades emanadas de la crisis podrían aliviar alguna presión en el corto plazo en la calidad de activos y en las reservas por pérdidas de préstamos.
“Sin embargo, los efectos a largo plazo sobre la calidad de activos y reconocimiento de pérdidas permanecen como un riesgo para los bancos”.
Capitalización
El indicador capital base según Fitch a APR (activos ponderados de riesgo) continuó su tendencia decreciente; disminuyó a 9.44% a marzo de 2020. Esta capitalización todavía está en línea con la categoría de clasificación ‘B’.
De acuerdo a la administración, se planea una inyección de capital para 2020 con el fin de cumplir con requerimientos regulatorios de capital más estrictos.
Esto está pendiente a ser discutido en la reunión de accionistas del banco, la cual fue esta retrasada debido a la pandemia. Bajo una generación interna de capital más lenta para 2020 y el deterioro en la calidad de activos, Fitch considera que la posición de capital del banco estaría bajo presión para absorber pérdidas inesperadas en medio de las consecuencias de las medidas de contención del coronavirus.
Invatlán y subsidiarias Invatlán, con operaciones en Honduras, El Salvador y Nicaragua continúa con su expansión del negocio geográfica. En junio de 2020, Invatlán anunció la adquisición de 55% de participación en Grupo Accival, grupo financiero no bancario domiciliado en Ecuador. Esta transacción también incluye una compañía de asesoría financiera en Perú.
El monto de esta transacción represento menos de 2% de los activos totales de Invatlán a septiembre de 2019, y será financiado por efectivo de Invatlán. Cuando se incorpora la operación ecuatoriana, Fitch estima que el indicador de doble apalancamiento permanecería por encima de 120% (127%).
La clasificación de las notas sénior garantizadas por $150 millones, ‘B’ y ‘RR4’, también se colocó en ON en línea con la IDR de Invatlán.
¿Cómo se puede mejorar la clasificación? La Perspectiva Negativa de las clasificaciones de Atlántida sería revisada a Estable si la evaluación del ambiente operativo se mantiene en la categoría b, y su tendencia cambia a estable, mientras que las métricas crediticias permanecen en niveles previos a la crisis o se recuperan rápidamente.
La VR y las clasificaciones nacionales de Atlántida podrían subir si el banco muestra una mejora sostenida en las métricas de capital y rentabilidad, la cual sea materializada en un indicador capital base según Fitch a APR por arriba de 10% y una métrica de rentabilidad operativa a APR consistentemente superior a 2%, respectivamente.