Estudio de la LSE plantea desafío de “pobreza heredada” en Latinoamérica

Los nueve países que participaron en el estudio

Un estudio reciente realizado por la London School of Economics (LSE) ha arrojado luz sobre una preocupante realidad en América Latina: la persistencia intergeneracional de la pobreza, con Guatemala como uno de los países afectados significativamente.

Según el informe, la pobreza en Guatemala, el 62% de los casos de pobreza se heredan de una generación a otra.

La investigación, liderada por el profesor e investigador Francisco Ferreira, se centró en el análisis de 27 encuestas de hogares realizadas entre los años 2000 y 2015 en nueve países latinoamericanos. El estudio tomó en cuenta variables como la educación de los padres, ocupación, género, raza u origen étnico y lugar de nacimiento para determinar el nivel de desigualdad heredada en la región.

Por qué es importante: La persistencia de la pobreza a través de las generaciones no solo refleja la desigualdad económica y social en la región, sino que también señala la existencia de barreras estructurales que impiden la movilidad social. Este fenómeno limita las oportunidades de desarrollo personal y colectivo, restringiendo el potencial económico de los países afectados y perpetuando ciclos de pobreza que son difíciles de romper.

El informe del LSE se suma a hallazgos previos, como los del Observatorio Migratorio y Desarrollo de la Universidad de Harvard en 2021, que ya habían destacado la dificultad de las familias en América Latina para mejorar su situación económica a lo largo de tres o cuatro generaciones.

La investigación de Ferreira examinó 27 encuestas de hogares en nueve países de América Latina entre 2000 y 2015, analizando variables como la educación de los padres, la ocupación, el género, la raza o el origen étnico y el lugar de nacimiento.

Los resultados muestran que en siete de los nueve países estudiados, más de la mitad de la desigualdad total de ingresos se debe a circunstancias heredadas.

Guatemala lidera la lista con una tasa del 62% en 2011, seguida por Brasil y Panamá con el 59% y 55%, respectivamente. Aunque Colombia se encuentra en una posición ligeramente mejor que Brasil en términos de movilidad desde la pobreza extrema hacia la base de la clase media, la tasa del 52% aún representa un desafío significativo para el país.

La investigación subraya la importancia de abordar estas desigualdades heredadas para fomentar una sociedad más justa y equitativa. La incapacidad para ascender desde posiciones desfavorecidas no solo es injusta para los individuos afectados, sino que también resulta en un desperdicio de talento y una mala asignación de recursos a nivel nacional.

Este estudio resalta la urgente necesidad de políticas públicas y estrategias sociales enfocadas en romper el ciclo de pobreza heredada en América Latina. Al abordar los factores estructurales que impiden la movilidad social y económica, los países de la región podrán aprovechar mejor su capital humano, promoviendo el desarrollo sostenible y la igualdad de oportunidades para todas las generaciones.

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