Estados Unidos exigió que todos los clientes de Irán suspendan las compras de petróleo antes del 1 de mayo del 2019, o enfrenten sanciones, una medida que busca dejar sin ingresos energéticos a Irán, pero provocó un alza del petróleo a máximos de 6 meses por el temor a una crisis de oferta.
El precio del petróleo en Texas (WTI) cerró en 66,04 dólares el barril, y el valor Brent a 74 dólares.
La Casa Blanca dijo que está coordinándose con el mayor exportador de la OPEP, Arabia Saudita, y con Emiratos Árabes Unidos para garantizar que el mercado petrolero cuenta con el “suministro adecuado”.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que el objetivo de Washington es reducir a cero las exportaciones de crudo iraní, para presionar a Teherán para que acabe con su programa nuclear.
Además de sus pruebas de misiles balísticos y su respaldo a los conflictos en Siria y Yemen, agregando que el objetivo era privar a Irán de 50.000 millones de dólares en ingresos anuales de petróleo.
Para Joe McMonigle de Hedgeye, “combinado con la baja de las existencias mundiales de crudo, las pérdidas continuas de producción de Venezuela y una posible interrupción en Libia, la decisión de que no haya exenciones para Irán presenta un reto para mantener controlados los precios del petróleo”.