Las autoridades aeronáuticas estadounidenses han anunciado este jueves la apertura de una investigación formal a Boeing tras el accidente de la semana pasada en que uno de sus Boeing 737 Max 9 perdió en pleno vuelo un panel destinado en otras configuraciones a una puerta de seguridad.
El avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Portland (Oregón) de donde había despegado rumbo a Ontario (California) La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ya decidió el sábado pasado la inmovilización de la gran mayoría de los aparatos del modelo 737 Max 9, pero ahora da un paso adicional.
“Este incidente nunca debería haber ocurrido y no puede volver a suceder”, ha escrito la agencia aeronáutica en la red social X. “La FAA ha notificado formalmente a Boeing que está llevando a cabo una investigación para determinar si Boeing no garantizó que los productos terminados se ajustaran a su diseño aprobado y estuvieran en condiciones para un funcionamiento seguro de acuerdo con las regulaciones de la FAA”, añade el comunicado, difundido también a través de la página web del organismo.
“La seguridad de los pasajeros, y no la velocidad, determinará el calendario de vuelta al servicio del Boeing 737-9 Max”, añade. La agencia señala que “las prácticas de fabricación del fabricante de aviones deben cumplir las estrictas normas de seguridad de las que son legalmente responsables”.
La decisión de la FAA llega después de que el secretario de Transporte de EE UU, Pete Buttigieg, diera a entender el miércoles que el Max 9 no volvería a entrar en servicio precipitadamente. En una conferencia sobre transporte celebrada en Washington, dijo que los aviones permanecerían en tierra hasta que los reguladores los consideraran seguros para volar, lo que calificó de “única consideración”.
Las primeras inspecciones preliminares tanto de Alaska como de United han detectado piezas flojas en otros aviones en esa misma zona. Los paneles que cubren el hueco de las puertas se sujetan con pernos y clavijas. Las compañías no han dado detalles de cuáles han sido los problemas inicialmente detectados.
Se ha barajado incluso la hipótesis de que no se hubieran puesto las sujeciones en el avión que sufrió el accidente. La alternativa es que no se hubieran colocado bien o que hubiera algún material defectuoso.
Este jueves, Alaska Airlines anunció que había tomado la decisión de cancelar todos los vuelos de los aviones 737-9 MAX hasta el sábado 13 de enero mientras realiza las inspecciones y se prepara para volver al servicio. “Esto equivale a entre 110 y 150 vuelos diarios. Esperamos que esta medida proporcione a los pasajeros un poco más de seguridad, y estamos trabajando sin descanso para realojar a los pasajeros afectados en otros vuelos”, decía la empresa.
La cotización de Boeing ha caído con fuerza en este arranque de año como consecuencia del accidente, la inmovilización de la flota de Air 737 Max 9 y la apertura de la investigación.