Honduras ya aplicó medidas salariales en el pasado (2013-2015)
La revisión de los salarios de los empleados públicos, en especial los que más sueldo reciben, no es solo una propuesta de economistas nacionales o de la Cámara de Comercio de Tegucigalpa.
Mientras Finanzas anuncia el pago de salarios con uso de deuda externa, el Fondo Monetario Internacional (FMI), analiza las opciones de recorte de sueldo de altos funcionarios.
“La falta de espacio fiscal, especialmente en países que entraron en la crisis actual con amortiguadores fiscales y externos ya deficientes y una elevada deuda pública, implica que los países quizá tengan que recurrir a algún tipo de reajuste del gasto para facilitar su respuesta a urgentes necesidades de gasto”, señalan Mercedes García-Escribano y Chadi Abdallah, del FMI.
En su análisis, “Consideraciones sobre el recorte de los salarios públicos para reordenar el gasto en tiempos de crisis”, señalan que varios países ya han adoptado —o están considerando adoptar— recortes nominales de salarios para ciertos grupos de empleados públicos.
Este es el caso de Uruguay (20% reducción). Otros gobiernos de Albania, Brasil y Rwanda también están considerando recortes.
Durante crisis anteriores que exigieron una significativa consolidación fiscal, hubo países que también recurrieron a medidas salariales.
“Cabe citar, por ejemplo: a) los Países Bajos, en el contexto de las reformas de los años ochenta; b) Francia, Grecia, Irlanda y Portugal, entre otros, en el contexto de la Gran Recesión y crisis financiera de 2008–2009; y c) Honduras durante el período de consolidación fiscal de 2013–2015“, destaca el organismo internacional.
Sin embargo, consideran que las autoridades que recurren a esta política como medida de emergencia temporal en la actual crisis de Covid-19, deben tener en cuenta algunos aspectos pertinentes, dice el FMI.
1) la progresividad y cobertura de los recortes salariales nominales contemplados; 2) el impacto económico de los ahorros obtenidos mediante esos recortes y su relación con la necesidad de reordenamiento del gasto 3) la importancia de adherirse a normas de transparencia y rendición de cuentas.
Por último, se explica la necesidad de una clara campaña de comunicación pública, con un mensaje coherente que describa, entre otras cosas, la necesidad de tomar tales medidas y la forma en que se procederá a su revocación.
Recortes, ¿cómo y a quiénes?
La masa salarial del gobierno normalmente representa una gran proporción del gasto público total, y por eso a menudo es un aspecto clave de las estrategias de consolidación fiscal en respuesta a crisis económicas.
En promedio, el gasto salarial absorbe alrededor de un quinto del gasto total, y oscila entre 24,5% en las economías avanzadas y alrededor de 27% en las economías emergentes y en desarrollo.
La estrategia de reforma es específica de cada país, reconoce el FMI. Y recomiendan que los gobiernos que consideren adoptar tales medidas deben cerciorarse de que estén diseñadas para ser: Progresivas (con reducciones que varíen según los niveles de remuneración): De cobertura focalizada (al excluir a los empleados de sectores prioritarios): Temporales y coherentes con el marco jurídico e institucional subyacente (con claras estrategias de salida).
“Las consideraciones de solidaridad y equidad apuntan a la necesidad de que los empleados públicos mejor remunerados asuman una mayor proporción de la carga. Los empleados públicos con sueldos más bajos podrían quedar totalmente protegidos de los recortes de la remuneración para evitar que involuntariamente se genere pobreza”, señala el FMI.
“Es importante excluir del ajuste los sueldos de los empleados públicos en algunos sectores independientemente de su nivel de ingresos si, por ejemplo, se trata de empleados que forman parte, directa o indirectamente, de la respuesta a la crisis”.
Esto comprende a los empleados del sector sanitario (por ejemplo, médicos y enfermeros, trabajadores de servicios de emergencias, paramédicos, entre otros). En la mayoría de los países, el personal de intervención inmediata también incluye a bomberos, trabajadores sociales y personal de seguridad (incluida la policía).
Algunos empleados de otros sectores también podrían quedar excluidos de los recortes si se considera que participan en el suministro de servicios que son parte de la respuesta crítica a la crisis, agrega el FMI.
La temporalidad de la medida, estiman los analistas, deben se explicadas y aseguradas (garantías jurídicas de derechos) para evitar toda percepción de que “la medida refleja un comportamiento oportunista por parte de las autoridades para poner en marcha una agenda de reformas de más largo plazo”.
“Combinar el recorte de sueldos con un tope temporal a la masa salarial podría ayudar a lograr los ahorros fiscales esperados gracias al fortalecimiento del vínculo con la planificación fiscal y el proceso presupuestario”.
Subsidios y transparencia
“Otras medidas de política de gastos que ayuden a mantener activas a las empresas y preserven el empleo en el sector privado —como subsidios salariales— también pueden ser eficaces y cabría considerarlas, dependiendo de las circunstancias propias de cada país”, dice el informe.
Además, los recortes progresivos y temporales de la remuneración de algunos empleados públicos pueden tener un efecto positivo en la demanda agregada (por el mayor consumo privado).
En general, concluye el FMI, una estrategia de comunicación pública clara, coherente y oportuna, así como la transparencia y rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos, son cruciales para garantizar un amplio grado de confianza y respaldo de la sociedad durante la crisis, y para preparar eficazmente el camino hacia una estrategia de salida y el retiro de las medidas temporales de emergencia.