Los beneficios empresariales estadounidenses cayeron bruscamente en el primer trimestre y podrían seguir viéndose afectados este año por el aumento de los costes derivados de los aranceles, que amenazan con frenar la expansión económica.
Los beneficios de la producción actual, con ajustes por valoración de inventarios y consumo de capital, cayeron a 118.100 millones de dólares en el último trimestre, según informó el jueves la Oficina de Análisis Económico (BEA) del Departamento de Comercio. Los beneficios aumentaron 204.700 millones de dólares en el trimestre comprendido entre octubre y diciembre.
Los aranceles generalizados del presidente Donald Trump han ensombrecido la economía, afectando a la confianza de las empresas y los consumidores, y desatando una volatilidad sin precedentes en los mercados financieros.
Un tribunal comercial estadounidense bloqueó el miércoles la entrada en vigor de la mayoría de los aranceles de Trump en una sentencia radical en la que dictaminó que el presidente se había extralimitado en sus competencias. Los economistas afirmaron que, aunque la sentencia suponía un cierto alivio, había añadido otra capa de incertidumbre a la economía.
El entorno cada vez más incierto se reflejó en las actas de la reunión de la Reserva Federal del 6 y 7 de mayo, publicadas el miércoles, en las que se señalaba que «los participantes consideraron que habían aumentado los riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y los riesgos al alza para la inflación, debido principalmente a los posibles efectos del aumento de los aranceles».
Empresas de sectores tan diversos como el aéreo, el minorista y el automovilístico han retirado o se han abstenido de ofrecer previsiones financieras para 2025, alegando la incertidumbre provocada por la naturaleza intermitente de algunos aranceles.
Las empresas adelantaron las importaciones y los hogares realizaron compras preventivas de bienes durante el último trimestre para evitar el aumento de los costes, lo que dificulta obtener una imagen clara de la economía.
La avalancha de importaciones provocó que el producto interior bruto descendiera a una tasa anual revisada al alza del 0,2% en el trimestre enero-marzo, según la segunda estimación del PIB realizada por la BEA.
Inicialmente, se estimaba que la economía se había contraído a un ritmo del 0,3%. En el cuarto trimestre, creció a una tasa del 2,4%. Desde el punto de vista de los ingresos, la economía también se contrajo a una tasa del 0,2% en el primer trimestre. La renta interior bruta (RIB) creció a un ritmo del 5,2% en el trimestre de octubre a diciembre.
El promedio del PIB y el IDB, también denominado producción interna bruta y considerado una mejor medida de la actividad económica, disminuyó a un ritmo del 0,2%. La producción interna bruta creció a un ritmo del 3,8% en el cuarto trimestre.