La serie desestacionalizada del Producto Interno Bruto Trimestral (PIBT) en términos reales, reflejó una contracción de 2,6% de la actividad económica del país durante el I trimestre de 2020 (respecto al IV trimestre de 2019) y de 1,2% al compararlo con el primer trimestre de 2019.
Este comportamiento está influenciado por la disminución en la demanda interna de bienes y servicios, así como por los menores pedidos desde el exterior de bienes agroindustriales y manufactureros, todo ello derivado de la incidencia negativa de la pandemia del Covid-19.
Desde la perspectiva de la oferta, el resultado en el PIBT se explica por el desempeño negativo en la mayoría de las actividades económicas. En la Industria Manufactura, se refleja una caída en la fabricación de prendas de vestir y productos textiles; procesamiento de alimentos y bebidas (excepto productos de molinería y panadería); maquinaria y equipo (arneses); y sustancias y productos químicos.
En el rubro de Comercio, se registró una disminución en el margen de
comercialización de bienes, tanto del mercado interno como del comercio exterior; mientras que la reducción en la actividad de Hoteles y Restaurantes refleja la paralización del turismo interno y externo.
Por su parte, la actividad de Agricultura presentó una contracción trimestral (en particular los valores agregados del cultivo de café y avicultura); al igual que en la Construcción pública y privada; el Transporte y la menor recaudación de Impuestos.
En contraste, se registró una contribución positiva de las actividades de Intermediación Financiera y Telecomunicaciones.
Desde la perspectiva de la utilización de recursos (demanda agregada), la reducción en las Exportaciones, Inversión Privada y el Gasto de Consumo Privado incidieron en la caída del PIBT durante el trimestre; por su parte, se registraron menores Importaciones -aportando positivamente al resultado global-.