En el Foro Económico Mundial, reunido en Davos, Suiza, se están cuestionando si nos acercamos a una recesión. Los principales líderes en Davos han estado en más de cuatro conversatorios los dos últimos días con este tema como eje, el principal de ellos, que llevaba como nombre esa pregunta fue liderado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, fue clara en que si bien no ve ahora mismo el comienzo de una recesión, tampoco la descarta, de hecho hay mayor preocupación de ese fenómeno con base en los indicadores económicos de todos los países. Por eso justificó que la entidad pasó de 4,9% en la proyección de crecimiento global a 3,6%.
Ven menos crecimiento y más encarecimiento de los bienes de todo tipo. Por cuenta del impacto de la guerra en Ucrania, sobre los precios de las materias primas y otras presiones del costo de vida, esto hace que las proyecciones de IPC sean del 5,7% en las economías avanzadas y del 8,7% en las de mercados emergentes y en desarrollo, esto es 1,8 y 2,8 puntos porcentuales más que lo proyectado en enero pasado.
“Estamos experimentando una crisis tras otra. Primero la pandemia, ahora la guerra en Ucrania. Y eso es un gran revés para la recuperación de la economía mundial”, dijo Georgieva. La ejecutiva de la entidad explicó en Davos que “como resultado, tuvimos que bajar la calificación de 143 países por sus perspectivas de crecimiento para 2022 y llevar el crecimiento global. Y además, vemos un crecimiento muy significativo en la aceleración de la inflación de muchos países”.
“Nos enfrentamos a un aumento significativo de los precios de las materias primas. Eso es terrible cuando se trata de tarifas de los alimentos para la gente más pobre”.
El FMI con su grupo de economistas en el Foro se ha concentrado en exponer el mensaje de que para muchos países, 2020 fue el año del aumento de la deuda y eso se aplica particularmente a los territorios de bajos ingresos, donde hoy 60% de ellos están en situación de sobreendeudamiento o al borde de la misma.
Con tasas de interés altas, las condiciones serían muy difíciles. Es decir, esos gobiernos que acudieron a mecanismos de deuda y sufrieron fuerte impacto por el covid, que además ahora sienten la crisis inflacionaria y de decrecimiento son los que podrían jalonar a la recesión global.
La jefe del Fondo también compartió con banqueros del mundo que “debemos reconocer que la economía china se ha desacelerado principalmente debido a los bloqueos relacionados con la pandemia. Y la desaceleración del crecimiento en el país tiene un impacto negativo en la región y en el mundo”.
En el caso del gigante asiático que se ha movido los últimos cinco años entre 15% y casi 20% del PIB mundial, hoy está en el ojo de Davos por los cierres constantes para enfrentar los rebrotes de covid-19. Las imágenes de puertos cerrados, o ciudades como Shanghái con bloqueos al comercio internacional tienen preocupadas a las empresas del mundo por hacer más crítica la cadena de suministros.
En 2021 China logró crecer 8,9%, bajó en 2022 a 8,2%, y aún cuando el FMI esperaba que se ubicara ese avance de la economía entre 7% y 9%, hoy en día la estimación del PIB de ese país va en 5,1%.
Mientras Georgieva se enfocaba en señalar que no hay que dejar de lado el término recesión y en vez de verla con temor hay que prepararse, otros economistas de diferentes grupos insistieron en que podría ser un fenómeno lejano incluso que no vale la pena mencionar.