El Directorio del Fondo Monetario Internacional decidió este viernes aliviar el régimen de las sobretasas de interés que le impone a las naciones más endeudadas con el organismo, un reclamo que la ONU y la Cepal hacen desde hace años, y podrá beneficia a países de la región por recortes en su deuda.
El Fondo aplica sobrecargos o tasas extras a las naciones que piden prestado una cantidad de dinero que excede su asignación o que tardan más en pagar los préstamos bajo los programas del FMI. El país más endeudado con el organismo es Argentina, pero también las sobretasas afectan a Ucrania, Ecuador, Egipto, Costa Rica, entre otros.
La decisión que tomó el directorio ejecutivo esta mañana fue respaldada por Estados Unidos y el G7 y vio la luz sobre todo para aliviar la deuda de Ucrania, que está sumida en una guerra que también complica a las potencias. Pero finalmente la medida del Fondo beneficiará también a otros estados.
La directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, dijo luego en un comunicado: “En un entorno mundial difícil y en un momento de altas tasas de interés, nuestros países miembros han llegado a un consenso sobre un paquete integral que reduce sustancialmente el costo de los préstamos, al tiempo que salvaguarda la capacidad financiera del FMI para apoyar a los países necesitados”.
Y agregó: “Las medidas aprobadas reducirán los costos de endeudamiento del FMI para los países miembros en un 36 por ciento, o alrededor de US$1.200 millones anuales. El número esperado de países sujetos a recargos en el año fiscal 2026 caerá de 20 a 13”. El paquete aprobado entrará en vigor el 1 de noviembre de este año.
Hasta las medidas anunciadas este viernes, el Fondo cobraba una tasa de 200 puntos básicos, o 2 puntos porcentuales, sobre los préstamos pendientes por encima del 187,5% de la cuota de un país, creciendo a 300 puntos básicos si un crédito permanece por encima de ese porcentaje después de tres años.
Ahora el FMI anunció tres medidas: reduce el margen de la tasa básica de 100 puntos básicos a 60; alivia la tasa de sobrecargos basados en el tiempo de 100 puntos básicos a 75 y aumenta el umbral del nivel a partir del cual se cobran sobrecargos de 187,50% de la cuota a 300%.
Países como Argentina podría dejar de pagar unos US$ 450 millones al año.
Hasta ahora el directorio ejecutivo del Fondo se negaba a cambiar su política, con el argumento de que las sobretasas son una parte necesaria de su modelo financiero, destinadas a desalentar el endeudamiento o el retraso excesivo en el pago.
Mientras tanto, los países afectados siempre señalaban que esos recargos complicaban aún más sus economías porque agotan los recursos necesarios para bienes esenciales como alimentos y atención médica, y son cada vez más punitivos.
Pero luego de años de resistencia, el directorio decidió revisar esta controvertida iniciativa. En realidad, más allá de la continua presión de Argentina, la idea tomó impulso porque ahora tiene como objetivo aliviar la situación económica de Ucrania, que enfrenta una guerra con Rusia desde hace más de dos años y que obliga a Estados Unidos a continuos desembolsos de auxilio a Kiev en armamento y logística.
Días atrás, la propia Kristalina Georgieva dijo en Berlín que era “cautelosamente optimista” sobre que el board revisara esta política. Ella siempre estuvo personalmente a favor de esta iniciativa, pero más allá de su opinión, la última palabra la tuvo el directorio conformado por representantes de 190 países.
Tras la decisión del board, Georgieva señaló que “si bien se han reducido sustancialmente, los cargos y sobrecargos siguen siendo una parte esencial del marco de cooperación en materia de préstamos y gestión de riesgos del FMI, en el que todos los países miembros contribuyen y todos pueden beneficiarse del apoyo cuando sea necesario.”
Y explicó que “en conjunto, los cargos y sobrecargos cubren los gastos de intermediación crediticia, ayudan a acumular reservas para protegerse contra riesgos financieros y proporcionan incentivos para un endeudamiento prudente. Esto proporciona una base financiera sólida que permite al FMI brindar apoyo vital a la balanza de pagos en condiciones asequibles a los países miembros cuando más lo necesitan”.
“Esta reforma ayuda a garantizar que el FMI pueda seguir sirviendo a nuestros países miembros en un mundo cambiante”, agregó.