El primer recorte de tipos en casi cinco años impulsará la confianza de los consumidores y la inversión, sobre todo en el sector inmobiliario.
La Eurozona recibirá este jueves el impulso económico que tanto necesita cuando el Banco Central Europeo empiece a recortar los tipos de interés por primera vez en casi cinco años, el Emisor europeo bajó las tasas de interés de 4,5% hasta 4,25%.
La magnitud del impulso dependerá de cuánto baje el coste de la deuda. Aun así, la inflación persistente, impulsada por el rápido crecimiento de los salarios, podría limitar los recortes de tipos, según los analistas. Dado que los mercados dan por hecho un primer recorte de tipos, los inversionistas estarán atentos a las pistas que dará la presidenta del BCE, Christine Lagarde, sobre el futuro de la política monetaria.
Al recuperar las rebajas de tipos, el banco está dispuesto a reactivar el mercado de la vivienda, la inversión empresarial y el gasto de los consumidores. El año pasado, el BCE elevó su tipo de depósito de referencia hasta la cifra récord del 4%, frenando la actividad económica para hacer frente a la mayor subida de precios de la última generación.
Holger Schmieding, economista jefe del banco alemán Berenberg, asegura que “los tipos más bajos son importantes. Los mercados son muy conscientes de que esto se avecina, pero la noticia de que el BCE ha empezado a bajar los tipos podría ayudar a recuperar la confianza de hogares y empresas”.
La economía de la eurozona ya mostró indicios de recuperación en los tres primeros meses de este año, cuando el producto interior bruto del bloque aumentó un 0,3% respecto al trimestre anterior, poniendo fin a un año de estancamiento.
Según Schmieding, el repunte del crecimiento se debió sobre todo a la desaparición de la crisis de los precios de la energía y los alimentos provocada por la invasión de Ucrania y a la recuperación del comercio mundial.
No obstante, añadió que la previsión de bajadas de tipos también había contribuido a reducir el coste de las hipotecas y los préstamos a empresas. “Esto reactivará el mercado inmobiliario, la construcción de viviendas, y debería ayudar a que la inversión se recupere”, puntualizó.
En cuanto a las decisiones que se tomen tras la reunión, el problema para Lagarde es que se ha interrumpido la caída constante de la inflación desde su máximo de más de 10% en 2022. Los datos publicados la semana pasada mostraron que el crecimiento anual de los precios volvió a acelerarse hasta 2,6% en mayo, desde 2,4% del mes anterior.
La inesperada fortaleza del mercado laboral de la eurozona también ha contribuido a mantener altos los precios. El crecimiento salarial colectivo ha vuelto a un ritmo récord del 4,7% en el primer trimestre. Además, la eurozona registró una caída del desempleo hasta un nuevo mínimo del 6,4% en abril.
En opinión de la mayoría de los economistas, la solidez de los datos recientes significa que el BCE tendrá que elevar ligeramente tanto su previsión de inflación del 2,3% para este año como su previsión de crecimiento del PIB del 0,6%.
Según los expertos, si estas tendencias no se materializan y la inflación se mantiene elevada, los responsables de política monetaria podrían tener que hacer una pausa tras los primeros dos recortes. Ante tal incertidumbre sobre las perspectivas económicas, se espera que Lagarde se resista a dar demasiadas pistas sobre la posible senda de la política monetaria, lo que permitiría al banco mantener la máxima flexibilidad posible sobre el alcance de los recortes de tipos durante el mayor tiempo posible.