Estados Unidos confirmó hoy jueves el enfriamiento de su economía al mantener el cálculo de un 0,3% para el crecimiento intertrimestral entre enero y marzo, tres décimas por debajo del registrado en los últimos tres meses del 2022.
La Oficina de Análisis Económico (BEA) estimó no obstante un mayor ritmo anual de crecimiento que el calculado inicialmente: 1,3% frente al 1,1% de la primera publicación de esta estadística el pasado abril.
Según la BEA, la mejora del cálculo anual se debe a una revisión al alza de la inversión privada y del gasto público, así como de la inversión no residencial y del consumo y las exportaciones, que compensaron la menor inversión residencial. Las importaciones también se revisaron al alza.
En cualquier caso, los datos confirman que la primera economía mundial ha ralentizado su crecimiento en un momento marcado por las continuas subidas de los tipos de interés para contener la inflación.
A principios de mes, la Reserva Federal subió en 0,25 puntos el tipo de interés oficial hasta situarlo en una horquilla de entre el 5% y el 5.25%, su tasa más alta en 15 años. En abril, la tasa de inflación bajó una décima y se colocó en el 4.9%. La tasa de desempleo estaba ese mes en el 3.4%.
En su análisis revisado del primer trimestre, la Oficina de Análisis Económico recuerda las cifras del cierre del 2022 para confirmar el enfriamiento. Así, entre octubre y diciembre del 2022 el crecimiento intertrimestral fue del 0.6%, el doble que el del primer trimestre de este año, y el ritmo anual calculado era del 2.5%, también el doble que el de los tres primeros meses de este año.
La BEA explica que las causas de la ralentización económica con respecto al cuarto trimestre se encuentran en la menor inversión privada y la menor inversión no residencial, así como en una “pequeña” caída de la inversión residencial.
Las peores cifras en esos apartados no pudieron compensarse con el aumento de las exportaciones o el mayor consumo privado, que hizo también elevarse las compras al exterior.