Contra las cuerdas. Así tiene el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) a Google en su afán por dividir la compañía para evitar su monopolio en Internet. Ahora, el DOJ ha solicitado que se obligue a la tecnológica a vender su navegador Chrome.
La justicia estadounidense ha pedido al juez Amit Mehta, que el pasado mes de agosto dictaminó que Google incumple las leyes antimonopolio del país, que ordene a la empresa no solo que se desprenda de Chrome, sino que también le exija medidas relacionadas con la inteligencia artificial (IA) y su sistema operativo para teléfonos inteligentes Android. Además de la imposición de requisitos de licencia de datos.
Así, y si el juez acepta las propuestas, se producirá una transformación en el mercado de búsquedas en línea y la floreciente industria de la IA. El caso contra Google, que comenzó durante la primera administración de Donald Trump y continuó bajo la de Joe Biden, tuvo un antes y un después en agosto.
En este sentido, Metha aseguraba en su veredicto que “tras considerar cuidadosamente y sopesar los testimonios y pruebas, el tribunal ha llegado a la siguiente conclusión: Google es un monopolio y ha actuado como tal para mantener su monopolio”.
El pasado mes de octubre, el DOJ hizo una serie de recomendaciones a Google para evitar que la compañía incurra en prácticas monopolistas. En un escrito de 32 páginas, consideraba necesarias “soluciones estructurales y de comportamiento” que impidan a Google utilizar productos como Chrome (su navegador), Play (su tienda de aplicaciones) y Android (su sistema operativo) para “favorecer la búsqueda de Google y los productos y funciones relacionados con la búsqueda de Google, ?incluidos los puntos de acceso y funciones de búsqueda emergentes, como la inteligencia artificial (IA)? frente a rivales o nuevos participantes”.
“Para remediar plenamente estos daños no solo es necesario poner fin al control que Google ejerce hoy sobre la distribución, sino también garantizar que Google no pueda controlar la distribución del mañana”, agregaba el Departamento de Justicia.
Igualmente, el DOJ cree que la capacidad de Google para “aprovechar su poder de monopolio para alimentar las funciones de inteligencia artificial” es “una barrera emergente a la competencia y corre el riesgo de afianzar aún más el dominio de Google”.
Por ello, aconsejan que la compañía ponga a disposición, en su totalidad o a través de una API, los “índices, datos, feeds y modelos” utilizados para la búsqueda de Google, incluidos los utilizados en las funciones de búsqueda asistida por IA, así como los resultados de búsqueda, las funciones y los anuncios de Google.
Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google, ha afirmado que el Departamento de Justicia “sigue impulsando una agenda radical que va mucho más allá de las cuestiones legales de este caso”. “Si el gobierno pone el dedo en la balanza de esta manera, perjudicaría a los consumidores, a los desarrolladores y al liderazgo tecnológico estadounidense precisamente en el momento en que más se lo necesita”, ha concluido.