Creada en 2014, la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE) aún no cuenta con la normativa adecuada para dirigir la liberalización del mercado energético del país.
La Ley del Sector Eléctrica define, en su artículo 3, las funciones de la CREE, en especial sobre definir las tarifas y el nombramiento de sus directivos. Sin embargo, no se aprobaron los reglamentos para regular el mercado.
Santiago Herrera, gerente de Política Económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), estima que al menos son siete los reglamentos pendientes de aprobar y que deberán estar en vigencia en junio de este año.
Conozca 8 normas pendientes
Para las autoridades de la CREE son varios los reglamentos pendientes entre ellos: el de Consumidores Calificados, la norma técnica del Plan Indicativo de Expansión de la Generación y la de Expansión de Transmisión.
Además el reglamento del Régimen Tarifario (permanente), el de Operación de Sistemas de Distribución, de Servicios Complementarios, de Operación de Sistemas de Transmisión y la de Usuarios Regulados Autoproductores.
“Esos reglamentos están en proceso de elaboración, pero no se han concretado por falta de recursos técnicos. Ahora que se va a disponer ya del personal técnico, se le ha pedido a la CREE que a más tardar en junio de este año se pronuncien”, sostiene Santiago Herrera.
Algunos de los reglamentos que más demanda el sector privado es sobre el manejo de los grandes consumidores calificados que es “fundamental para el proceso de apertura ordenado del mercado”.
Otro es el mecanismo de medición bidireccional (autoproductores) que permite que las personas que generan en su casa puedan consumir lo que produce su pequeño sistema, pero que puedan reinyectar los excedentes al sistema.
“Esto se pueden tomar como un crédito y no como un debito como está funcionando en la actualidad”, señala Herrera.
Planificación sólo en papel
Otra de las debilidades de la nueva ley de energía, es sobre el operador del sistema (ODS), que se encarga de la planificación.
“Por ejemplo, uno de los temas que ha hecho que se revierta el proceso de licitación de los 240 megavatios es porque no se ha podido confiar en el sistema de planificación de la demanda y de la entrada en operación de los proyectos”, apunta el directivo.
Por ello, agregó, se ha mandado a que se haga una especie de depuración de los más de 2.000 megas que ha contratado, pero que no están operando y entonces no se puede planificar si no se sabe si van a entrar o no van a entrar.
También se necesita tener claridad en cuanto a la demanda y la proyección de la misma para saber qué tipo de energía se necesita y cuándo.
“Sabemos que la ENEE no tiene capacidad para enfrentar contratos en este momento de energía que nos pueda vender o lo que es peor, de energía que no pueda cobrar”, concluyó.