La Corporación Federal de Seguro de Depósitos, que enfrenta casi $23.000 millones en costos por las recientes quiebras bancarias, está considerando dirigir una porción mayor de lo habitual de esa carga a los bancos más grandes del país, según personas con conocimiento del asunto.
La agencia ha dicho que planea proponer una llamada evaluación especial sobre la industria en mayo para apuntalar un fondo de seguro de depósitos de $128.000 millones que se verá afectado después de los recientes colapsos de Silicon Valley Bank y Signature Bank. El regulador, bajo presión política para salvar a los bancos pequeños, ha señalado que tiene libertad en la forma en que establece esas tarifas.
Detrás de escena, los funcionarios buscan limitar la presión sobre los prestamistas comunitarios al transferir una parte descomunal del gasto hacia instituciones mucho más grandes, según personas con conocimiento de las discusiones. Eso se sumaría a lo que ya pueden ser cuentas multimillonarias, cada una, para empresas como JPMorgan Chase & Co., Bank of America Corp. y Wells Fargo & Co..
Las conversaciones para establecer el tamaño y el momento de la evaluación se encuentran en las primeras etapas. Apoyar fuertemente en los grandes bancos es visto como la solución más aceptable políticamente, dijeron algunas de las personas, que pidieron no ser nombradas describiendo deliberaciones privadas.
La cuestión de cómo distribuir el costo de las quiebras de SVB y Signature ya es un tema candente en Washington, donde los legisladores han presionado al presidente de la Fdic, Martin Gruenberg, a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sobre quién asumirá la carga, especialmente después de una decisión inusual de respaldar todos los depósitos de esos bancos.
La medida extraordinaria salvó legiones de nuevas empresas tecnológicas y clientes ricos cuyos saldos excedieron con creces el límite típico de cobertura de $250.000 de la Fdic.
El desastre que derrocó a SVB y Signature Bank fue, al menos en un sentido, una bendición para los bancos más grandes del país. Ambos prestamistas habían absorbido miles de millones en depósitos no asegurados que resultaron volubles, lo que obligó a las empresas a incurrir en pérdidas en ventas apresuradas de activos. En las consecuencias, los clientes de pequeños bancos de todo el país trasladaron efectivo a bancos gigantes, colmando a esos prestamistas con financiamiento barato.
Los bancos pagan al fondo de seguro de la Fdic cada trimestre a medida que absorben los depósitos que califican para la protección de la agencia. Mientras los bancos encuentren formas de ganar aún más prestando o invirtiendo el efectivo, obtienen ganancias.