El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, declaró el martes la ley marcial en un discurso nocturno no anunciado y retransmitido en directo por la cadena de televisión YTN, atacando a la oposición política y señalándole de tener nexos con Corea del Norte. El Ejército comenzó a salir a las calles, pero horas después, Yoon dio marcha atrás luego de que esta petición fuera rechazada en el Parlamento.
Ahora varios sectores piden la dimisión del presidente. ¿Cómo se llegó hasta aquí? ¿Por qué ahora? ¿Qué sigue?
La extraña declaratoria de ley marcial provocó confusión nacional y preocupación en sus aliados occidentales.
“Declaro la ley marcial para proteger a la libre República de Corea de la amenaza de las fuerzas comunistas norcoreanas, para erradicar a las despreciables fuerzas antiestatales pro-norcoreanas que están saqueando la libertad y la felicidad de nuestro pueblo, y para proteger el libre orden constitucional”, dijo el mandatario, quien añadió que, con la medida, “defendería y reconstruiría” el país.
Aunque Yoon invocó la tradicional amenaza de Corea del Norte para justificar su insólita decisión, no citó ningún ataque, advertencia o intimidación concreta ejercida desde Pyongyang, centrando su discurso puramente en la oposición política surcoreana.
La decisión de Yoon llegó horas después de que la bancada parlamentaria del opositor Partido Democrático –que tiene la mayoría en el Poder Legislativo– aprobara, sin contar con el apoyo del oficialismo, una ley de presupuesto reducido, además de presentar mociones de censura contra dos miembros del Gobierno.
En su anuncio de ley marcial, el presidente surcoreano también se quejó de 22 mociones de censura impulsadas por el PD contra miembros de su Gobierno.
Horas después del anuncio, parlamentarios oficialistas y opositores rechazaron en unanimidad la declaración de Yoon, obligando al presidente a salir momentos después para dar un paso atrás en su ordenamiento pasado, confirmar el retiro del Ejército de las calles y prometer el levantamiento de la ley marcial tan pronto como pudiera reunir a su gabinete.
La brevísima imposición de un ordenamiento propio de la época dictatorial surcoreana provocó confusión en la población, que salió a manifestar su inconformidad y protagonizó choques con las fuerzas castrenses desplegadas, aunque sin que se hayan reportado heridos.
Además, el PD ya pidió públicamente la destitución de Yoon, prometiendo impulsar un proceso legislativo para quitarlo de la Presidencia si él se niega a hacerse a un lado de manera voluntaria.
“Yoon debe dimitir inmediatamente o enfrentarse a un proceso de destitución”, dijo la oposición, culpando al mandatario por haber cometido “un grave acto de rebelión y un motivo perfecto para la destitución”, según la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Aquí lo que sabemos sobre la polémica decisión del presidente de Corea del Sur.
¿Qué implicaba la ley marcial?
Tras el ordenamiento presidencial, el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Park An-su –que fue nombrado como líder del comando de la ley marcial– anunció la prohibición de “todas las actividades políticas” en el país, el control estatal de los medios de comunicación, y el despliegue de personal militar en suelo nacional.
Park advirtió que, quien fuera sorprendido violando la ley marcial, podía ser detenido sin una orden judicial.
Constitucionalmente, el presidente puede invocar la ley marcial en caso de ser requerida para “hacer frente a una necesidad militar o para mantener la seguridad y el orden públicos mediante la movilización de las fuerzas militares en tiempo de guerra, conflicto armado o emergencia nacional similar”.
Es la primera vez que se impone la ley marcial en Corea del Sur en más de 40 años, con la última siendo declarada por el exdictador Chun Doo-hwan, en 1979.
La ley marcial fue una herramienta política utilizada con regularidad durante la época dictatorial en Corea del Sur para disipar las manifestaciones ciudadanas y mantener el control del Estado.