La factura petrolera casi recuperó su nivel pre pandemia con un gasto acumulado de 886.5 millones de dólares al mes de julio, un alza de 63.6% en relación al mismo mes de 2020 ($541.9 millones), según informó el Banco Central.
Aunque el consumo neto de gasolinas (12.1 millones de barriles) creció un 10%, el precio de las gasolinas aumentó 48%, casi 24 dólares por barril (pasó de 49 a 72.80 dólares).
La factura petrolera cerró en $958 millones, incluyendo lubricantes ($60 millones) y energía eléctrica ($11.7 millones).
Baja la demanda de bunker
Por tipo de producto, es de destacar que todos muestran crecimientos en los valores importados; sobresaliendo por orden de importancia, los incrementos de más del 100% en gasolina superior con $109.6 millones, diésel con $106.7 millones (53%) y gasolina regular con $52.5 millones (78%).
Sin embargo, el volumen importado de estos productos creció en 36.8%, 12% y 19.2%, en su orden.
El 37% de la factura petrolera se concentra en la compra de gasolinas (24,3% superior y 13,5% regular), un 34% en diésel, el 17,6% de bunker, el 7,7% en gas LPG y 2,4% kerosene.
En el caso del bunker, principal materia prima para la generación de energía, se observa un aumento de $35.4 millones en el valor importado, aunque el volumen se redujo en 15,1% (pasó de 3.1 a 2.6 millones de barriles).
Según el BCH, el aumento de la factura se debe principalmente al mayor precio internacional del petróleo, influenciada por la reactivación en las economías del resto del mundo, así como por la disminución -mayor
de lo esperado- en las reservas de crudo de los EE UU, por la temporada de verano que implica más viajes por carretera.
“Las expectativas de demanda se mantienen estables frente a los temores por el repunte en las infecciones por Covid-19”, concluye el Banco Central.