El crecimiento potencial de la economía global hasta el final de la década se desacelerará a 2,2%, advierte el Banco Mundial, citando las consecuencias de la pandemia del covid-19 y el conflicto en Ucrania. Ante este panorama el organismo propone cinco políticas específicas por parte de los gobiernos para elevar las proyecciones.
“La disminución en curso del crecimiento potencial tiene serias implicaciones para la capacidad del mundo para enfrentar la creciente variedad de desafíos exclusivos de nuestro tiempo: pobreza obstinada, ingresos divergentes y cambio climático” dijo Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente senior de economía del desarrollo del Banco Mundial.
El lado positivo del informe del banco multilateral de desarrollo está en que el crecimiento potencial podría llegar hasta 2,9%, lo que marcaría una aceleración si los formuladores de políticas implementaran los planes correctos para impulsar la productividad y la oferta laboral y apuntalar la inversión.
Destacan cinco medidas de política específicas a nivel nacional que pueden contribuir notablemente a la promoción de las perspectivas de crecimiento a largo plazo:
Alinear los marcos monetario, fiscal y financiero: La aplicación de marcos de políticas macroeconómicas y financieras sólidas puede atenuar los altibajos de los ciclos económicos. Los responsables de formular políticas deben dar prioridad a controlar la inflación, garantizar la estabilidad del sector financiero, reducir la deuda y restaurar la prudencia fiscal. Estas políticas pueden ayudar a los países a atraer inversiones, ya que aumentan la confianza de los inversionistas en las instituciones y en los procesos de formulación de políticas nacionales.
Aumentar la inversión: En áreas como el transporte y la energía, la agricultura climáticamente inteligente y las manufacturas, y los sistemas de gestión de la tierra y los recursos hídricos, alinear inversiones concretas con objetivos climáticos centrales puede incrementar el crecimiento potencial hasta 0,3 puntos porcentuales al año y reforzar la resiliencia ante los desastres naturales en el futuro.
Reducir los costos del comercio: En su mayoría asociados con el transporte, la logística y las regulaciones, duplican los costos de los bienes que se comercian internacionalmente en la actualidad. Los países con los costos más altos de transporte y logística podrían reducir sus gastos a la mitad si adoptaran la facilitación del comercio y otras prácticas de los países con los costos más bajos en esos sectores. Además, los costos del comercio pueden reducirse de maneras beneficiosas para el clima, por ejemplo, eliminando el actual sesgo hacia los bienes producidos con un alto nivel de emisiones de carbono que se observa en los aranceles de muchos países y eliminando las restricciones al acceso a bienes y servicios inocuos para el medio ambiente.
Capitalizar los servicios: El sector de los servicios podría convertirse en el nuevo motor del crecimiento económico. Las exportaciones de servicios profesionales relacionados con la tecnología de la información y las comunicaciones y prestados a través de medios digitales aumentaron a más del 50 % de las exportaciones totales de servicios en 2021, mientras que en 2019 este valor había sido del 40 %. Este cambio podría generar importantes aumentos de la productividad si da lugar a una mejor prestación de servicios.
Aumentar la participación en la fuerza de trabajo: Alrededor de la mitad de la desaceleración prevista del crecimiento potencial del PIB hasta 2030 se atribuirá a los cambios demográficos, como la disminución de la población en edad laboral y la menor participación en la fuerza laboral a medida que las sociedades envejecen. Si se aumentaran las tasas generales de participación en la fuerza laboral siguiendo el mejor aumento registrado en los últimos 10 años, las tasas de crecimiento potencial en todo el mundo podrían llegar a los 0,2 puntos porcentuales al año para 2030.
En algunas regiones, como Asia meridional y Oriente Medio y Norte de África, incrementar las tasas de participación de mujeres en la fuerza laboral y equipararla con el promedio de todas las economías de mercados emergentes y en desarrollo podría acelerar el crecimiento potencial del PIB hasta 1,2 puntos porcentuales al año entre 2022 y 2030.
En el informe también se subraya la necesidad de fortalecer la cooperación mundial. La integración económica internacional ha ayudado a impulsar la prosperidad en todo el mundo durante más de dos décadas desde 1990, pero hoy se encuentra debilitada. Es esencial restablecer esa integración para aprovechar el comercio, acelerar la acción climática y movilizar las inversiones necesarias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.